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¿Con melón o con sandía? La disyuntiva de Toyota para nueva planta en EU

La automotriz japonesa y su socio Mazda Motor anunciaron que instalarán una nueva planta en Estados Unidos para armar el Corolla, tras cambiar sus planes en México. La duda es en dónde hacerla, ya que tiene incentivos operativos y políticos.

En momentos en que Toyota Motor y Mazda Motor empiezan a evaluar en qué lugar de Estados Unidos instalar la primera planta de montaje de automóviles que anunció el presidente Donald Trump, un estado emerge como favorito: Mississippi.

El viernes pasado, anunciaron un cambio de planes en México, país donde pensaban fabricar el Corolla en la nueva planta que construye en Guanajuato. Ahora, el vehículo se fabricará en Estados Unidos, mientras que en México se hará la camioneta Tacoma.

El estado ya es sede de una fábrica de Corolla que lleva casi seis años de producción del auto compacto. Toyota y Mazda planean abrir una nueva instalación de mil 600 millones de dólares para producir ese modelo, más un todoterreno Mazda, a partir de 2021.

Para los estados que compiten por la fábrica hay en juego 4 mil empleos que las dos compañías automotrices japonesas esperan crear por medio de su inversión conjunta.

Instalar la planta cerca de la fábrica actual de Toyota en Blue Springs permitiría a ambas empresas abastecerse de autopartes de compañías cercanas que proporcionan componentes para el Corolla. Contar desde el comienzo con una red de proveedores le resultaría particularmente atractivo a Mazda, que no tiene una planta en Estados Unidos.

"Tenemos grandes líneas de aprovisionamiento en Estados Unidos, en especial para el Corolla", dijo Scott Vazin, un vocero de Toyota. "Esperamos que la nueva entidad pueda utilizar esas fuentes de aprovisionamiento, ya que su eficiencia es evidente".

Una opción sería construir la nueva planta en Blue Springs. La fábrica actual de Toyota se inauguró en 2011 como única planta de montaje del Corolla en el país. Alrededor de la mitad del terreno que la compañía adquirió en 2007 sigue disponible y ya cuenta con calles y alcantarillado a la espera de una nueva inversión.

ESTADO DISPUESTO

El exgobernador Haley Barbour y los gobiernos municipales atrajeron a Toyota a Mississippi en 2007 con un paquete de incentivos de 358.5 millones de dólares. Phil Bryant, gobernador del estado desde 2012, indicó el viernes que está dispuesto a hacer lo necesario para que otra planta se instale en Mississippi.

"En momentos en que Toyota lanza su empresa conjunta con Mazda, estamos dispuestos a incrementar nuestra actual asociación y a fortalecer la posición de Mississippi como líder global en manufactura de automóviles", dijo Bryant en una declaración por correo electrónico.

Mississippi no tiene nada asegurado. Vazin, el vocero de Toyota, señaló que el proyecto está en "una etapa muy inicial". Jeremy Branes, un vocero de Mazda en Estados Unidos, dijo que las compañías se proponen que la planta tenga el mayor grado posible de eficiencia.

La elección de un estado donde Toyota no tenga aún una planta le permitiría a la compañía ampliar su base de influencia política en Estados Unidos. Políticos federales y estatales de los lugares donde Toyota tiene instalaciones de manufactura salieron en defensa de la empresa automotriz luego de que Trump criticara este año su plan de construir una fábrica en México.

"Sin duda podrían optar por Blue Springs, pero podrían decidir que quieren contar con otros dos senadores estadounidenses y elegir un nuevo estado", dijo Alan Baum, un analista independiente del sector automotriz en West Bloomfield, Michigan. "Por lo general, la estrategia japonesa es asegurarse de tener plantas en distintos estados sureños a los efectos de sumar apoyo político".

Si las consideraciones políticas se imponen, Carolina del Norte, Louisiana y Arkansas podrían ser candidatos, dado que son estados sureños que aún no tienen una planta japonesa de montaje, dijo Baum.

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