Empresas

Castigan en la bolsa a empresas de vivienda


 
Claudia Alcántara
 
Por segundo día consecutivo, las constructoras de vivienda que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) registraron una caída en el valor de sus acciones, a raíz de la presentación —el lunes pasado— de la Política de Vivienda del gobierno federal.
 
Este martes el valor de los títulos de Consorcio Ara cayó 9.27%, las de Urbi retrocedieron 7.82%, las de Corporación Geo perdieron 5.88% y las de Sare cayeron 6.74%.
 
Sólo ayer, el movimiento a la baja en el valor de sus acciones representó para Consorcio Ara una pérdida de 559 millones de pesos; para Urbi de 497 millones de pesos y para Geo de 437 millones de pesos.
 
Para algunos analistas del sector vivienda el castigo que han recibido las acciones de las vivienderas en bolsa es poco justificado, ya que a pesar de que los anuncios del gobierno federal son poco claros, no representan —por el momento— una noticia negativa para la industria.
 
Sin embargo, los expertos consideran que la reacción injustificada resalta el "nerviosismo" y la "poca confianza" de los inversionistas en estas empresas constructoras, sobre todo las que tienen una alta dependencia de los segmentos socieconómicos de bajos recursos.
 
Grupo Financiero Banamex considera que cualquier transición representa riesgos para las constructoras, pero no vislumbran por qué las acciones del sector deberían reaccionar negativamente al anuncio.
 
Manifestó que el plan de Enrique Peña Nieto mantuvo el énfasis en la sustentabilidad y reducción del rezago de la vivienda fomentado por la anterior administración. Añadió que la concesión de créditos para mejorar las viviendas "tampoco es una estrategia nueva". Y sobre todo, dijo Banamex, las constructoras dispondrán de 24 meses para adaptarse a las nuevas regulaciones.
 
El diablo, en los detalles
 
Aunque percibe una gran continuidad en la política nacional de vivienda de EPN, Banamex resaltó que el problema está en los detalles, ya que podría implicar riesgos de ejecución a las constructoras.
 
Por su parte, Invex señaló que no existe claridad en los lineamientos finales del plan; agregó que será necesario ver las implicaciones para la industria, y sobre todo cuál será la respuesta de cada empresa para sobrellevar estos cambios.
 
Resaltó que el proceso de transición en la que se encuentran las compañías no ha concluido y que aún no se ve una recuperación de sus operaciones, por lo que esta "fragilidad" en sus finanzas podría complicar la adopción de nuevos cambios en la industria.
 
Advirtió que si bien las valuaciones de estas compañías "son sumamente bajas e inclusive ilógicas", existen factores que podrían provocar que sigan pagándose bajos precios por las acciones. Estos factores son su alto apalancamiento, lento o nulo avance en su estrategia para generar flujos operativos positivos y débiles ventas.
 
El economista senior de BBVA Bancomer, Eduardo Torres, indicó en entrevista que el comportamiento a la baja del valor de las acciones de las empresas vivienderas se debe a que el mercado está escéptico sobre su capacidad para adaptarse a los nuevos cambios en la política de vivienda.
 
Afirmó que el mercado ha solicitado a las empresas generar mayor flujo de capital, lo cual se estaba cumpliendo; sin embargo, gran parte de los recursos de las compañías están en sus reservas territoriales.
 
El analista añadió que esta reserva territorial está fuera de las ciudades, y la nueva política se centrará en el desarrollo de vivienda intraurbana.
 
Flavio Torres, presidente de Canadevi nacional, confió en que las empresas constructoras, y en particular las que cotizan en bolsa, tendrán la capacidad suficiente para adaptarse a los nuevos lineamientos del gobierno federal.
 
Dijo que el plazo de los 24 meses que fijó Peña Nieto está "sobrado", ya que en el sexenio anterior tuvieron que hacer cambios con 3 o 4 meses de adaptación; y consideró que aprovecharán este periodo para desplazar la reserva territorial que poseen en las periferias de las ciudades.
 
Manifestó que la meta del gobierno federal de construir 500,000 viviendas nuevas, en comparación con las 350,000 de 2012, genera un nuevo vigor para la industria.
 
Sin embargo, reconoció que a raíz de la nueva política de vivienda, podría darse una depuración del sector, por medio de fusiones o adquisiciones, o con la salida definitiva del mercado de algunos participantes.

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