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El ‘amor’ de los mexicanos por la Coca-Cola da atractivo a bonos de Femsa

El aumento en el costo de los refrescos debido al gravamen para bebidas azucaradas en México no disminuyó las ventas de la refresquera.

El impuesto a la comida chatarra, que se instrumentó hace dos años en México, no ha logrado reducir el gusto de los ciudadanos del país por las bebidas azucaradas, lo cual es una buena noticia para los inversores en bonos de la embotelladora Coca-Cola Femsa SAB.

La compañía evita la caída de los mercados globales de deuda al dar a conocer una recuperación de las compras de refrescos en 2015 que eliminó la contracción del año anterior, cuando entró en vigor el impuesto. Los tres mil millones de dólares en bonos de la mayor embotelladora de Coca-Cola de América Latina subieron 1.6 por ciento este mes, en comparación con una caída promedio de 1.7 por ciento de los bonos de mercados emergentes.

Coca-Cola Femsa puede dar gracias a la menor inflación en casi medio siglo por la reanimación de la demanda de sus bebidas en México, el mayor mercado de consumo de Coca-Cola del mundo, dijo Patrik Kauffman, que contribuye a la administración de 11 mil millones de dólares de activos en Solitaire Aquila Ltd. Al aumentar el costo de vida a un ritmo tan lento, los consumidores se muestran más dispuestos a pagar el impuesto de 1 peso por litro que instrumentó el gobierno en el marco de su lucha contra la obesidad.

"Si se tiene el hábito de beber Coca-Cola, no se lo dejará de hacer porque cueste un peso más", dijo desde Zúrich Kauffman, que no tiene bonos de la compañía.

La inflación de la segunda mayor economía de Latinoamérica bajó a 2.13 por ciento a fines de 2015 y es la menor desde 1968. Había sido de 4.08 por ciento a fin de 2014.

Luego de la caída de los volúmenes en 2014, la tendencia ha sido positiva hasta el tercer trimestre de 2015, dijo la compañía en una respuesta por correo electrónico. Gravar un ingrediente no solucionará los problemas de salud de México, ya que "lo que hace falta es un plan más amplio e integrado", dijo la compañía.

El presidente Enrique Peña Nieto impuso el gravamen a las bebidas azucaradas, así como un impuesto de 8 por ciento a la comida chatarra, en un intento de resolver una creciente crisis de salud en un país que tiene el nivel de obesidad más alto de América del Norte y Europa. El impuesto comprende algunas bebidas que no entran en la categoría de sodas, mientras que no todas las sodas tienen tanta azúcar como para que se les aplique el impuesto. La Secretaría de Hacienda de México se negó a hacer declaraciones sobre si el impuesto ha resultado efectivo.

Barry Popkin, profesor de economía y nutrición de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, dijo que la inflación y las crecientes remesas podrían contribuir a contrarrestar el efecto de los impuestos y sostiene que debe elevarse el gravamen.

"Si la gente tiene más dinero, si hay más remesas, el efecto podría ser ese", dijo Popkin por teléfono, haciendo referencia a un aumento de las ventas de sodas.

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