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Así es como Tesla 'condenó' a los autos con gas natural

La compañía de Elon Musk ha crecido durante los últimos años debido a las innovaciones de sus vehículos, pero su éxito empañó a otras empresas de autos que buscaban otro tipo de alternativas al diésel.

La idea era nada menos que revolucionaria: convertir los millones de camiones, autobuses y otros vehículos comerciales de Estados Unidos para que funcionen a gas natural en lugar de gasolina y diésel.

En 2008, la propuesta del magnate de la energía, T. Boone Pickens, tenía cierto atractivo. La producción de petróleo de Estados Unidos (EU) se estaba reduciendo rápidamente y el mayor consumidor de combustibles del mundo se estaba volviendo cada vez más dependiente del petróleo extranjero.

El crudo se disparó a un récord cercano a los 150 dólares el barril mientras que el gas natural era comparativamente barato. Pickens cofundó Clean Energy Fuels para aprovechar el cambio. La compañía de estaciones de gas natural fue en algún momento valorada en aproximadamente mil 800 millones de dólares.

Pero había otro tipo de revolución. Nuevas técnicas de perforación causaron un auge del suministro de petróleo de EU y los autos eléctricos despegaron.

Tesla, que aún no había entregado su primer auto eléctrico hace una década, ahora tiene 455 mil reservas para su Model 3 --casi 20 veces el número de vehículos a gas natural en las carreteras estadounidenses en 2015.

Las acciones de Clean Energy Fuels han caído un 90 por ciento desde un máximo en 2012, y la compañía admite que el gas natural podría ser solo un mercado de nicho como combustible para el transporte.

"No estoy seguro que Estados Unidos esté preparado" para el uso generalizado de vehículos de pasajeros a gas natural si se considera toda la infraestructura necesaria para entregar el suministro a los clientes, dijo por teléfono Andrew Littlefair, máximo ejecutivo de Clean Energy Fuels. "Hay muchas razones por las que tendría sentido volver a considerarlo, pero no sé si estoy preparado para decir que eso va a suceder".

Pickens, quien ganó su primera fortuna como un especulador del petróleo hace cinco décadas, tenía grandes esperanzas para el gas natural porque creía que el suministro de petróleo estaba alcanzando un máximo.

En artículos de opinión, entrevistas en los medios de comunicación y reuniones con políticos, incluido el entonces presidente Barack Obama, Pickens dijo que los camiones pesados y flotas de vehículos deberían funcionar con gas natural. "Estados Unidos podría reducir su dependencia en las importaciones de petróleo y usar más la energía eólica y solar", dijo.

Pickens, de 89 años, no pudo hacer comentarios, según Jay Rosser, un portavoz de BP Capital, el fondo de cobertura de energía fundada por Pickens.

AUGE DEL SHALE


En 2011, la producción de petróleo estadounidense comenzó a aumentar con el auge del shale. Tres años más tarde, los precios del petróleo, el diésel y la gasolina se desplomaban. Aunque el gas natural se ha convertido en un suministro básico para las plantas de energía, sustituyendo el carbón, la perspectiva de alternativas más baratas lo hacen menos atractivo como combustible para vehículos.

En abril, el mes más reciente de datos del Departamento de Energía, el gas natural licuado se vendió en 2.52 dólares por equivalente de galón de diésel, frente a los 2.55 dólares para el diésel. Eso difícilmente lo hace una ganga, si se considera que Pavel Molchanov, analista de Raymond James Financial, estima que los camiones que funcionan con gas natural licuado cuestan alrededor de 30 mil a 50 mil dólares más que uno comparable a diésel.

El número de automóviles eléctricos en Estados Unidos casi se triplicó entre 2008 y 2015, según datos del gobierno. Tesla, la compañía fundada por multimillonario Elon Musk, introdujo tres modelos desde 2012, y otros fabricantes están ingresando al mercado. Volvo ha dicho que todos sus autos nuevos a partir de 2019 serán híbridos o completamente eléctricos, y BMW está desarrollando un auto eléctrico con auto-conducción para sustituir a la Serie 7 como el vehículo insignia de la compañía en 2021.

La participación de los vehículos a gas natural en el mercado automotor ha disminuido. Chesapeake Energy, uno de los mayores productores de gas de Estados Unidos, eliminó en 2013 al equipo que trabajaba en vehículos a gas natural. Honda Motor discontinuó un modelo a gas natural de su popular sedán Civic en 2015.

POCAS ESTACIONES

Mientras que empresas como AT&T y Ryder System utilizan gas natural en camiones que hacen viajes cortos y regresan al mismo depósito todos los días, la limitada infraestructura ha impedido un uso más amplio.

Hay mil 828 estaciones de gas natural en EU, en comparación con casi setenta veces más de gasolineras convencionales y cerca de 38 veces más de estaciones y lugares de carga no residenciales para vehículos eléctricos, según datos del gobierno y de la industria.

Puede costar 1.8 millones de dólares construir una estación de servicio que suministra gas natural comprimido, de acuerdo con el Laboratorio Nacional de Energía Renovable. Los vehículos eléctricos, en cambio, pueden cargar en una toma de corriente casera.

"La infraestructura sería costosa" para el uso generalizado de vehículos a gas natural, dice Lee Klaskow, analista sénior para el transporte y la logística de Bloomberg de Inteligencia. "Tendría que haber algunos enormes ahorros de costos".

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