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Desarman Aeropuertos y Servicios Auxiliares

Con las asignaciones realizadas por la SICT, militares y navales ahora son los responsables de toda la operación, mantenimiento y desarrollo de los aeropuertos.

En menos de un año, la historia de medio siglo de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) se ha diluido en beneficio de las instituciones militares que, por orden presidencial, controlan formalmente 15 de los 19 aeropuertos del recién creado Grupo Aeroportuario Olmeca-Maya-Mexica operado por la Secretaría de la Defensa Nacional y el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México controlado por la Marina.

“Aunque el presidente ha negado que sea un desmantelamiento de ASA, en los hechos, así ha ocurrido, pues de los aeropuertos que tenía se crearon dos nuevos grupos aeroportuarios, un grupo comandado por la Marina y otro por la Sedena. Lo primero que hay que cuidar es que esos grupos conserven y mantengan los lineamientos de calidad”, refirió Carlos Torres, especialista en el sector aéreo.

ASA estaba encargada de la operación, administración, construcción y conservación de puertos aéreos; además, tenía el cuasimonopolio del suministro de combustibles en los aeropuertos más importantes del país y colaboraba directamente con la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) en materia de regulación, verificación y supervisión de aeropuertos.

Sin embargo, con las asignaciones de la SICT, militares y navales ahora son los responsables de toda la operación, mantenimiento y desarrollo de los aeropuertos que eran administrados por ASA.

Con el control ahora cedido a la Sedena, será el ejército a través del Grupo Aeroportuario Olmeca-Maya-Mexica que las aerolíneas podrán obtener turbosina en al menos una docena de puertos aéreos.

Si bien no hay aspectos que adviertan un cambio radical en la administración de los aeropuertos, los recursos obtenidos por la venta de turbosina ya serán controlados por el ejército, por lo que se convierte en uno de los activos de la Sedena.


Torres indicó que ASA continuará con una participación mínima con la administración de los aeropuertos de Puerto Escondido y Tepic, los cuales, en realidad, serán operados por la división de aeropuertos de Mota-Engil, una firma de origen portugués que ha tenido fuerte participación en las obras emblema del gobierno federal.

Las previsiones apuntan a que la Marina tenga al menos seis aeropuertos, que se suman a los nueve controlados formalmente al ejército, con lo que la mayoría de aeropuertos, antes públicos y con mando civil, se han militarizado.

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