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Masacre en Texcaltitlán: A dos meses, siguen desaparecidos 7 pobladores

Los “levantados” son un policía municipal de Texcaltitlán y de dos restantes sus identidades no han sido reveladas.

Si bien a la localidad de Texcapilla, en Texcaltitlán, municipio ubicado al sur del Estado de México, ha regresado la normalidad entre sus habitantes, esto a dos meses de haberse registrado el violento suceso entre campesinos e integrantes del cártel de “La Familia Michoacana”, los lugareños siguen preguntándose, ¿dónde están sus siete de los 14 paisanos que fueron “levantados” por integrantes de la citada organización criminal?

”Más o menos nosotros sabemos dónde los podrían tener, si los soldados o la policía nos prestaran sus armas, nosotros en tres días los rescatamos”, afirma uno de los comuneros que platicó con El Financiero en pleno centro de Texcapilla.

Agregó el labriego que todos los hombres están organizados para cuidar entradas y salidas todos los días y así evitar que entren los criminales y hagan daño a sus familias en represalia a que les mataron y quemaron a 10 de sus compinches, al mismo tiempo, no dejan ingresar taxis colectivos u otro medio de transporte que sirva a los “halcones” del crimen organizado a que informen como están las cosas en Texcapilla.

”Nosotros no necesitamos camiones ni taxis, nosotros le caminamos a nuestros poblados, como toda la vida lo hemos hecho”, apunta el comunero al señalar algunos caminos que conducen a localidades cercanas a Texcapilla.

En la breve charla, el hombre recuerda que, tras los hechos sangrientos, uno de sus compadres sacó a su familia y se la llevó a vivir por tres días a una cueva cercana, “mi compadre sacó lo básico y se llevó a su familia a vivir a una cueva que está de ese lado y cuando vio que había llegado el Ejército y la policía fue saliendo para regresar a su casa”.

Faltan siete

De quienes nada se sabe o, al menos no se ha informado, es del paradero de Joel Huicochea Arce de 33 años de edad, J. Trinidad Huicochea Salcedo de 67, Javier Balbuena Albarrán y Germán García González, estos dos últimos, de acuerdo a las investigaciones, fueron llevados heridos de bala al hospital municipal de Coatepec Harinas, donde el mismo día de la matanza los sacaron hombres armados.


Otro de los “levantados” es un policía municipal de Texcaltitlán y de dos restantes sus identidades no han sido reveladas.

Se recordará que la noche del 08 de diciembre, el grupo de 14 personas fue interceptado cuando ya habían salido de Texcaltitlán sobre un tramo carretero boscoso que conduce hacia el volcán Xinantécatl.

Para ese entonces, ya también cuatro campesinos habían fallecido sobre el campo de batalla en defensa de su pueblo, entre ellos su delegado comunal Noé Olivares Alpízar, a quien le agradecieron haberlos organizado para enfrentar al crimen que los extorsionaba con el “derecho de piso” sobre sus hectáreas cultivadas de haba, avena, jitomate y maíz.

Los hallados con vida

Tuvieron que pasar 39 días para ser hallados solo siete pobladores de Texcapilla, entre ellos cuatro menores de edad.

Este grupo de familiares responden a los nombres de: Dilan Tadeo Huicochea Trinidad de cuatro años de edad y su hermana Keyli Nataly Huicochea Trinidad de uno, así como los también hermanos Lucero Huicochea Esquivel de 13 años, Edwin Huicochea Esquivel de 14 y Ana Teresa Huicochea Esquivel de 19, a lo que se sumó la aparición de Guadalupe Trinidad Rojas de 23 años de edad y Norma Esquivel Ortiz de 36.

Pero es de subrayar que no fueron tareas de inteligencia, trabajos en campo o investigaciones de gabinete desarrolladas por militares, efectivos de la Guardia Nacional (GN), de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, ni de la Secretaría de Seguridad del Estado de México, las que ubicaron a esta familia, pues la misma Fiscalía mexiquense informó que el pasado 16 de enero se recibió una llamada telefónica anónima señalando que Norma Esquivel y otras personas reportadas como desaparecidas estaban por una capilla ubicada en la comunidad de Raíces, en el municipio de Zinacantepec, lo que afortunadamente fue positivo.

Texcapilla hizo historia

Alrededor del medio día del viernes 08 de diciembre del año pasado, decenas de comuneros y hasta posiblemente centenares, se reunieron en el campo de futbol de la comunidad, en espera de Rigoberto de la Sancha Santillán, alías “El Payaso”, líder criminal de “La Familia Michoacana”, quien se hizo acompañar por su grupo de asesinos, dispuestos a llevarse miles de pesos producto de las extorsiones que hacían en prejuicio de los labriegos.

Éstos, ya cansados, fraguaron horas antes del encuentro con “la maña”, la forma de hacer frente a esta célula delictiva y deshacerse de éstos a como diera lugar, “ya sabíamos que algunos de nosotros íbamos a morir”, acentuó otro de los pobladores de Texcapilla.

Una vez que los tuvieron “a tiro”, dicen algunos campesinos, “no dejamos que se nos acercaran mucho porque venían bien armados (los criminales), pero nosotros también íbamos armados con escopetas y machetes y les hicimos frente, hasta mujeres le entraron a defender”.

Uno de los primeros en caer herido de muerte fue “El Payaso”

Uno de los videos difundidos en redes sociales revela que, según quien narra, fue una mujer la que acuchilló e hirió de muerte a “El Payaso” y, ya tendido en el suelo, la turba enardecida siguió arremetiendo contra su humanidad.”El Payaso estaba bien duro, no le entraba bien el machete, estaba bien macizo y todavía con un balazo en la cabeza, sino mal recuerdo, quería jalar de una pistola que traía, pero ya no pudo, pero de que estaba correoso sí estaba correoso”, reveló la fuente.

Una vez ocurrido este acontecimiento, a la localidad de Texcapilla arribaron decenas de soldados, uniformados de la Guardia Nacional (GN) y de la Secretaría de Seguridad del Estado de México, a la par de que el gobierno estatal mandó brigadas de salud, se entregaron despensas y se les otorga a los comuneros apoyos para el campo, entre más ayuda.

Es de destacar que la Fiscalía General de Justicia del Estado de México no encontró elementos para fincar responsabilidades penales en contra de pobladores que tomaron parte en la muerte y quema de la decena de asesinos adheridos a “La Familia Michoacana”, pues lo único que hicieron fue defenderse, es decir, actuaron en defensa propia y de sus familias.

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