Economía

Tipo de cambio comienza a incidir en precios al consumidor

En su comentario semanal, el CEESP expuso que el segmento de mercancías no alimenticias tuvo en mayo incrementos anuales de 3.35 por ciento, después de que precisamente el mismo mes del año pasado reportó una alza de 2.44 por ciento.

En tanto que la depreciación del peso parece comenzar a impactar diversos precios como se observa en la inflación subyacente a mayo que hila tres meses consecutivos al alza; se debe cuidar la salud de las finanzas públicas y para evitar que la deuda siga creciendo, se necesita un recorte de 300 mil millones de pesos al gasto, señala el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

"El indicador subyacente, que refleja de mejor manera la evolución de los precios de la economía, ha comenzado a mostrar una tendencia ascendente, que lo ha llevado por tres meses consecutivos a superar el alza del indicador general de precios. Esto puede ser una señal del efecto de la depreciación del tipo de cambio, que al parecer comienza a impactar diversos precios, especialmente del segmento de mercancías no alimenticias, que ya en mayo muestra incrementos anuales de 3.35 por ciento, después de que precisamente el mismo mes de año pasado reportó una alza de 2.44 por ciento", explica en su comentario semanal.

La depreciación del tipo de cambio, comienza a incidir en diversos rubros de precios al consumidor, con el peligro de que un aumento en la inflación diluya nuevamente la ganancia que ha tenido el poder adquisitivo en los últimos años. Tan solo de enero del 2015 a mayo del 2016 se recuperó en 8.8 por ciento. Proteger el poder adquisitivo de los salarios es una tarea permanente para que se consolide como un motor del consumo y del crecimiento del país.

Asimismo, señala como otro tema fundamental la salud de las finanzas públicas, para lo que es necesario revertir el déficit primario y reducir rápidamente los elevados niveles de deuda.

Para evitar que la deuda siga creciendo como porcentaje del PIB, el CEESP indica que es indispensable que el sector público logre un superávit primario equivalente a 1.5 por ciento del PIB y no sólo del 0.2 por ciento cómo se prevé para el 2017.

"De ahí la necesidad de una reducción adicional del gasto público en aproximadamente 300 mil millones de pesos. Esto debe llevarse a cabo a pesar de los tiempos políticos ante la cercanía del inicio de la campaña presidencial para 2018, por lo que este y el próximo año habrá que hacer un esfuerzo especial, para que no crezca ni la deuda ni haya un aumento de su costo financiero, que tienen un efecto negativo tanto en las finanzas públicas como en la balanza de pagos", expone.

Otro tema que no hay que perder de vista es el desbalance de las cuentas externas, que muestra un constante aumento del déficit de la cuenta corriente como porcentaje del PIB, el cual ascendió a 2.9 por ciento en 2015, el más alto desde 1998.

"Lo preocupante es que la inversión extranjera directa no fue suficiente para cubrir ese saldo negativo y cuando esto sucede, es necesario utilizar reservas para completar los pagos al exterior. Reducir el déficit externo también es una prioridad, y la mejor forma de hacerlo es disminuir la demanda agregada de la economía mediante una baja del gasto público, de tal manera que no impacte el consumo de los hogares", señala el CEESP.

El centro de estudios identifica algunas opciones para hacer frente a esta situación, aunque no son las más idóneas.

"En primer lugar, es corregir vía tipo de cambio, que si bien es lo más eficiente para detener las importaciones y para cuidar las reservas internacionales, tiene un efecto negativo importante en el poder adquisitivo. Otra forma de atender el problema, es mediante la tasa de interés, que aunque beneficia a la cuenta financiera de la balanza de pagos, su incidencia en el consumo es negativa. La mejor opción, como ya mencionamos, es reducir el gasto público".

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