Economía

Sudáfrica se acerca al precipicio ante pesimismo por su economía

Sudáfrica enfrenta problemas económicos y los inversores han perdido la confianza en el país, afectado entre otras cosas, por el desplome en las materias primas. 

Nunca se habían mostrado los inversores tan pesimistas respecto a la economía sudafricana desde que Nelson Mandela salió de la prisión Victor Verster hace 26 años.

Las salidas de capital crecen a un ritmo récord frente a una disminución de las entradas de dinero. El rand se ha desplomado y la tasa de desempleo es la más alta de los casi cuarenta países en desarrollo seguidos por Bloomberg.

La sequía está aumentando el costo de los alimentos y el grado de inversión de la calificación crediticia del país -que tantos sudores le costó conseguir en 2000, poco después de que Mandela dejase el gobierno- pende de un hilo.

Los sudafricanos están pagando caro no sólo el colapso de precios de las materias primas -los metales y la minería representan más del 50 por ciento de las exportaciones- sino también de las dudas acerca del presidente Jacob Zuma. Los disparates ocurridos en el ministerio de Finanzas en diciembre, cuando Zuma destituyó a Nhlanhla Nene para sustituirlo con el poco conocido David van Rooyen, han agravado el escepticismo. Ante el alza de la rentabilidad de la deuda sudafricana y el desplome del rand, Zuma cambió de opinión cuatro días después y designó para el cargo a Pravin Gordhan, predecesor de Nene.

"El país se enfrenta a importantes dificultades estructurales, y los cambios en la cúpula del ministerio de Finanzas confirmaron los riesgos políticos", dijo Viktor Szabo, que gestiona 12 mil millones de dólares en deuda de mercados emergentes en Aberdeen Asset Management Plc. "La situación puede empeorar".

El país se enfrenta a una prueba decisiva el 24 de febrero cuando Gordhan presente el presupuesto nacional ante los diputados. El ministro ha dicho que el gobierno hará todo lo necesario para evitar una rebaja de la calificación del país a "basura", inclusive con medidas para restringir los gastos de las empresas estatales y respetar los límites de gasto.

"La confianza en Sudáfrica ha desaparecido", dijo Hakan Aksoy, gestor de fondos de renta fija de Pioneer Investment Management en Londres, la cual administra unos activos de 224 mil millones de euros, equivalentes a 244 mil millones de dólares.

Desde que Mandela llegó al poder en las elecciones multirraciales de 1994, la economía ha crecido una media anual del 3 por ciento, permitiendo al Congreso Nacional Africano proporcionar casas, agua y electricidad a millones de hogares y ampliando las prestaciones sociales a más de 16 millones de personas, a la vez que recortaba la deuda del Gobierno. El índice de referencia de Sudáfrica alcanzaba un récord hace menos de un año y la deuda soberana caía a mínimos.

Desde entonces la economía ha perdido pie. La crisis de las materias primas ha frenado el crecimiento económico al ritmo más lento desde 2009. El país evitó por muy poco la recesión en el tercer trimestre, con una expansión anualizada del 0.7 por ciento. La agencia Fitch Ratings rebajó la calificación crediticia de Sudáfrica un escalón a BBB-, el nivel de inversión más bajo, en consonancia con la evaluación de Standard Poor's, que rebajó la perspectiva de estable a negativa el mismo día.

Gordhan, y Zuma cada vez más, reconocen las dificultades. En el último mes, el ministro de Finanzas se ha reunido con los líderes de las principales empresas del país para pedir consejos sobre formas para estimular la economía. Por su parte, Zuma ha prometido algunas medidas para tranquilizar a las agencias de calificación como los recortes del gasto y la privatización de algunas empresas estatales. El rand ha ganado un 3,8 por ciento frente al dólar en febrero tras caer un 27 por ciento en los doce meses anteriores. Los bonos del Tesoro sudafricano han caído.

Las declaraciones de Gordhan han sido "buenas señales" pero puede que no sean suficientes, dijo Konrad Reuss, director de S&P para África. El crecimiento "pésimo" es la principal preocupación de la firma, aunque continuaremos analizando muy de cerca la política tras la sustitución del ministro de Finanzas, dijo.

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