Refinería Dos Bocas, con alta probabilidad de que no se concluya, estima Eurasia Group

La probabilidad de que la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, no se concluya es alta, afirmó Eurasia Group, una consultora de riesgo de Nueva York.

En un análisis publicado este jueves, la consultora informó que la decisión anunciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador -referente a que Pemex y la Secretaría de Energía liderarán el proyecto- abona a la incertidumbre sobre la viabilidad de la refinería y representará una presión extra a las finanzas de la petrolera.

"La licitación fallida muestra los problemas con una planificación y expectativas poco realistas, y ahora que Pemex está a cargo de su desarrollo, es probable que los costos aumenten. Existe una gran posibilidad de que el proyecto ni siquiera esté concluido, pero el proceso comenzará", se lee en el análisis.

"Este desarrollo confirma que el presidente Andrés Manuel López Obrador no se retirará de sus proyectos favoritos, lo que creará riesgos no solo para Pemex, sino también para las cuentas fiscales del gobierno", agregó el documentó.

El presidente Andrés Manuel López Obrador declaró este jueves desierta la licitación para la construcción de la refinería de Dos Bocas, Tabasco, y anunció que la obra será realizada por Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Secretaría de Energía en un plazo de tres años.

Para Eurasia Group el hecho de que ninguna de las compañías cumpliera con los requisitos técnicos y económicos "no es muy sorprendente", debido a las condiciones de la licitación.

Esta última postura también es compartida por algunos analistas consultados por El Financiero, quienes afirman que un proyecto como el de Dos Bocas puede costar entre 14 y 16 mil millones de dólares en un lapso cercano a seis años, es decir, el doble de lo establecido en ambos casos por el gobierno.

La confianza empresarial, afirma la consultora, también se verá afectada por la decisión anunciada este jueves. Lo que a su vez también podría incidir en otros proyectos de infraestructura que se han planeado con la participación de capital privado, como el aeropuerto de Santa Lucía o el Tren Maya.

"Esto muestra que corregir o recalibrar los planes es algo que el gobierno no está dispuesto a hacer, incluso cuando las cosas evidentemente se complicaron, ni tratar de enviar señales al sector privado sobre la conducción adecuada de los proyectos de infraestructura y la política pública en general".

Una negativa del gobierno a recurrir a capital privado, ya sea para la refinería o para aumentar su producción, será un desafío para la petrolera, quien está tratando de minimizar los riesgos de una baja de calificación mediante inyecciones de capital como la anunciada el viernes pasado por Hacienda y la inyección del fondo de estabilización.