Recuperación económica dependerá de la velocidad de apoyos a hogares y empresas: FMI

El Fondo Monetario Internacional (FMI) reiteró que en 2020 se espera una contracción en la economía global que podrá recuperarse el próximo año, pero advirtió que la velocidad de esa recuperación dependerá de lo oportuno que sea la contención de la pandemia de coronavirus y la coordinación de acciones a favor de hogares y empresas.

"Particularmente crítico es el apoyo fiscal dirigido a los hogares vulnerables y a las grandes y pequeñas empresas, para que puedan mantenerse a flote y volver rápidamente al trabajo. De lo contrario, llevará años superar los efectos de las quiebras y despidos generalizados", señaló este jueves Kristalina Georgieva, directora gerente del organismo.

En el mensaje publicado al término de la conferencia telefónica con los líderes del G-20 -entre ellos el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador- Georgieva dijo que dicho apoyo "acelerará la recuperación final y nos pondrá en mejores condiciones para enfrentar desafíos".

La funcionaria dijo a los líderes de la veintena de países cuyas economías son las más grandes, que lo primordial es apoyar a los mercados emergentes y las economías en desarrollo para superar la peor parte de la crisis y ayudar a restaurar el crecimiento.

Alertó que estas economías están afectadas por una combinación de crisis de salud, parada repentina de la economía mundial, fuga de capitales hacia la seguridad y, para algunos, una caída brusca en los precios de los productos básicos.

"Estos países son el foco principal de nuestra atención. Tenemos una capacidad financiera considerable de 1 billón de dólares para colocar en su defensa, trabajando en estrecha colaboración con el Banco Mundial y otras instituciones financieras internacionales (IFI)", señaló.

Kristalina Georgieva dijo que un número excepcionalmente grande de países requiere simultáneamente financiamiento de emergencia del FMI, por lo que habrá de duplicar su capacidad de financiamiento de emergencia también para impulsar la liquidez global a través de una asignación considerable de Derecho Especial de Giro(DEG), como lo hizo durante la crisis mundial de 2009 y expandiendo el uso de las facilidades de swaps en el Fondo.