Economía

¿Quién será el más perjudicado con la renegociación del TLC?

La relación comercial entre México y los Estados Unidos comenzó a desarrollarse décadas antes de la firma del TLC, pero fue la entrada en vigor del acuerdo comercial en 1994 que la consolido, te la explicamos en las siguientes seis gráficas.

El Tratado de Libre Comercio (TLC) fue uno de los temas claves en las elecciones presidenciales de este año y es que a diferencia de lo observado en contiendas anteriores, en esta ocasión tanto la demócrata Hillary Clinton como el republicano Donald Trump, le propusieron a los electores la revisión o renegociación del también llamado NAFTA.

Sin embargo, la importancia del acuerdo comercial entre Canadá, Estados Unidos y México va más allá de la demagogia que significa "revisar el NAFTA". De acuerdo con un estudio del banco suizo UBS, la relación comercial –solo entre EU y México—rebasa los 500 mil millones de dólares al año exclusivamente en bienes manufacturados, lo que significa que desde que comenzó formalmente el acuerdo en 1994, el intercambio comercial se ha multiplicado por cinco en términos de dólares.

Para dimensionar la importancia del acuerdo comercial para México, los niveles de intercambio comercial con EU representan casi el 45 por ciento de su PIB y muestra el alto nivel de apertura que se tiene con el vecino del norte.

Los niveles de interrelación comercial entre estos dos países son parte de una integrada cadena de producción en las manufacturas que comenzó años antes del TLC y que se consolido con la firma del acuerdo, de acuerdo con el banco.

A continuación te presentamos seis gráficas que te muestran el nivel de interrelación que se tiene entre México y Estados Unidos en materia comercial.


1. La relación comercial


Con un intercambio comercial diario que paso de los 241 millones de dólares en 1994 a los mil 426 millones de dólares en 2016, México y Estados Unidos mantienen una relación comercial que se consolido con la entrada en vigor del TLC.

Por el lado de las importaciones, la economía estadounidense concentra el 13.8 por ciento de los bienes producidos en México y por su parte, la economía mexicana depende del 46.2 por ciento de los bienes de Estados Unidos.

Si se observa por el lado de las exportaciones, EU destina el 14.9 por ciento de su producción a su vecino del sur; sin embargo para México, la dependencia llega al 81.1 por ciento.


2. Dinámica del intercambio comercial


Los llamados términos de intercambio (exportaciones e importaciones) entre Estados Unidos y México han registrado una de las mayores dinámicas si se compara con al resto del mundo y es que la integración consolidada por el TLC en materia de cadenas de producción, inversión y competitividad cambiaria influyeron para que su intercambio con su vecino del sur sea de las más dinámicas.

De hecho, uno de los secretos de esta relación es que en la medida en que la producción de México se mantenga en crecimiento, la dependencia con Estados Unidos tiende a elevarse en una mayor proporción.

De acuerdo con el estudio de UBS, el componente importado de las manufacturas mexicanas hacia EU es casi el 50 por ciento del valor final de las mercancías, por lo que una mayor restricción para el intercambio de bienes puede tener efectos negativos para ambos países.


3. El sector automotriz


La producción y exportación de autos, camiones y autopartes se convirtió en el sector más beneficiado por el TLC; de hecho, actualmente es la manufactura que concentra el 37.2 por ciento de las exportaciones hacia la economía estadounidense.

Si lo dimensionamos, la producción que sale de las fábricas instaladas en México es prácticamente de empresas y para el mercado de EU, ya que de los casi tres millones de unidades que se han producido en lo que va del año, el 44.8 por ciento fue de los tres grandes de Detroit y el 55.8 por ciento restante es de compañías de Alemania, Japón y Corea.

Por el lado de las exportaciones, el 77 por ciento va al mercado estadunidense y el restante 23 por ciento se diluye en mercados de Centroamérica y Sudamérica, Europa, Asia y África.


4. El balance comercial de México


El TLC y un tipo de cambio flotante le han permitido a México mantener una balanza comercial con Estados Unidos superavitaria prácticamente un año después de que entrara en vigor el acuerdo comercial.

De hecho, desde 1995 –que coincide con la última gran crisis de México—la balanza comercial mexicana acumula un superávit de 1.4 billones de dólares en casi 22 años, reflejo de la dinámica observada en las exportaciones manufactureras nacionales.

Sin embargo, y a diferencia de lo observado en economías como las asiáticas, los superávits registrados no se acumularon y por el contrario, le permitió a la economía nacional cubrir el desbalance observado con el resto del mundo.

Otro aspecto importante es que actualmente y ante la caída en los precios del petróleo, las exportaciones automotrices le permiten mantener un saldo comercial positivo para México, ya que sin este componente y el incremento de las importaciones energéticas nacionales, la balanza comercial mexicana registra un déficit en su balanza comercial.


5. Las remesas familiares


El flujo de trabajadores mexicanos que se encuentran en activo en la economía de los Estados Unidos le permite a México recibir un ingreso adicional a la economía nacional por concepto de remesas, las cuales crecieron a un ritmo de 10.9 por ciento promedio anual.

De acuerdo con Banco de México en lo que va del año han ingresado por este concepto poco más de 20 mil millones de dólares, de los cuales 95.5 por ciento de estas provienen de la actividad productiva que realizan nuestros connacionales en el vecino país.

Este es susceptible, ya que los ingresos de estos recursos a la economía mexicana representan el 2.6 por ciento del PIB y su destino es cubrir el gasto de familias y no tanto corregir las cuentas externas de México.

6. Inversión extranjera directa


Uno de los beneficios que obtuvo México en el marco del TLC fue que aumentaron los flujos de inversión productiva, un tanto por los bajos costos de la mano de obra nacional y otro tanto por la cercanía a la mayor economía del mundo.

De acuerdo con INEGI, en el periodo de 1999 a 2015 la economía nacional recibió 25 mil 500 mil millones de dólares en inversión extranjera directa (IED), promedio anual, de los cuales 46.3 por ciento provinieron de empresas de Estados Unidos.

La mayor parte de estos recursos se destinó a manufacturas y es que uno de los beneficios que le dio a la industria mexicana fue el elevado porcentaje de contenido nacional que debían tener las manufacturas mexicanas, lo que ha hecho a la industria nacional ser un importador de partes y componentes de los Estados Unidos, para exportar manufacturas terminadas.

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