Luego de que la primera subasta eléctrica de largo plazo en México tuviera sólo a dos tipos de ganadores, solares y eólicos -ambos renovables- analistas coincidieron en que en la próxima se espera que lleguen nuevas tecnologías como las de ciclo combinado en las que CFE invirtió buena parte de su capital, tanto para los gasoductos necesarios como en la reconversión de sus plantas.
Si bien la primera licitación no puso limitante estricta a que fuera sólo para tecnologías renovables, en la práctica sí estuvo restringida, señaló Cintia Angulo, experta del sector energético. "Ahora tendríamos que ver cuál va a ser la dinámica de las próximas subastas. Esta fue muy etiquetada, se vio muy etiquetada desde el inicio 'tiene que ser para renovables'", comentó.
La posibilidad para otras tecnologías como los ciclos combinados está en la potencia, cuya adjudicación fue nula en el primer concurso, agregó la directora saliente de Alstom Mexico.
La posibilidad de atraer nuevas empresas que generen electricidad con ciclos combinados y por tanto con gas natural es clave para grandes empresas de transporte y construcción de ductos como IEnova.
En un reporte Banamex señaló que las posibilidades de ganar en la primera subasta eléctrica para IEnova fueron limitadas por el alto nivel de participación de otras empresas.
Esto lleva a que las firmas se concentren en otras oportunidades, especialmente en la licitación para llevar gas natural a Baja California Sur, así como la de construcción de un gasoducto submarino de Estados Unidos a la región central de México.
"El proyecto para construir un gasoducto marino que conecte Estados Unidos con la región central de México podría representar la mejor oportunidad para IEnova; las fechas de presentación de ofertas deberían ser en el segundo semestre de 2016. El proyecto tendría un capex de hasta 3 mil millones de dólares", indica el reporte de Banamex.
Si bien a nivel internacional el gas natural cotiza a precios históricamente bajos -el Henry Hub cayó 50 por ciento de marzo de 2015 a marzo de 2016-, en México, una modificación a la fórmula para determinar el precio nacional impulsó los costos de este hidrocarburo al alza.
Con esta modificación el precio subió cerca de 20 por ciento, lo que ya impactó incluso a CFE que incrementó sus tarifas eléctricas.