Economía

París dice ‘non’ a los autos del siglo XX

A partir del 1 de julio, las autoridades parisinas darán incentivos para el retiro de sus calles de los automóviles y motos con más de 20 años de antigüedad, con el propósito de reducir los niveles de contaminación de la capital.

A partir de este 1 de julio, París eliminará de sus calles los vehículos viejos en una lucha contra la contaminación que lleva a las compañías de autos compartidos a decir "Oui!".

Para reducir la contaminación, la capital francesa está prohibiendo los autos que superaron los 20 años de antigüedad, dejando a muchos parisinos buscando alternativas, desde vehículos nuevos de bajo costo hasta las aplicaciones de autos y taxis compartidos como Heetch, Drivy, Koolicar y Uber.

"Hará que los individuos abandonen sus autos y busquen modalidades de transporte alternativas", dijo Frédérique Lorentz, director de marketing en la naciente empresa francesa de autos compartidos Koolicar, cuyos usuarios pueden alquilar autos de otras personas a través de una aplicación.

París, rezagada en materia de calidad del aire en comparación con otras ciudades europeas, prohibirá los autos registrados antes de octubre de 1997 y las motos inscritas antes de junio de 1999.

El objetivo es eliminar los vehículos que aportan el cinco por ciento de los elementos contaminantes vinculados a enfermedades como el asma. Para 2020, sólo podrán circular por las calles parisinas los autos matriculados después de 2010.

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Afectará a solo 5% del parque vehícular


A esta prohibición se suman los incentivos establecidos por el gobierno para deshacerse de los vehículos.

Los dueños de los autos reciben hasta tres mil 700 euros (equivalentes a cuatro mil 109 dólares) si adquieren un vehículo nuevo, con control de contaminantes y se deshacen de su viejo modelo diesel de más de 10 años.

Francia también ofrece una "bonificación ecológica" que se paga a los compradores de vehículos "limpios". Comprar un auto eléctrico puede tener una ayuda de hasta 10 mil euros.

En Londres, el nuevo alcalde, Sadiq Khan, anunció planes para ampliar la "Zona de Emisiones Ultra-bajas" en la ciudad, donde los vehículos que no se ajusten a las normas oficiales de emisiones tienen que pagar peajes.

En los Estados Unidos, Nueva York y otros cuatro estados están analizando maneras de fijar un precio a la contaminación del aire generada por vehículos, como por ejemplo nuevos impuestos, peajes o un sistema de comercio por contaminación.

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Prohibición en la semana


En Francia, la prohibición en la región que rodea París, alcanzará a menos de 1.5 por ciento de los vehículos patentados, según la consultora automotriz Inovev. La prohibición estará vigente de lunes a viernes desde las 8:00 horas hasta las 20:00 horas, y no se aplica a los autos antiguos de colección.

Las personas con presupuestos ajustados probablemente se inclinarán por el transporte público.

Alquilar un auto urbano a Koolicar por seis horas para recorrer 20 kilómetros cuesta 18 euros, combustible incluido. Un viaje con la aplicación de taxi Uber costaría unos 35 euros. Un boleto de metro ida y vuelta cuesta 3.6 euros.

París también ofrece incentivos para la utilización del transporte público a aquellos que se deshagan de sus viejos autos.

A partir del 1 de octubre, quienes utilicen autos viejos tendrán que pagar una multa de 35 euros, y de 68 euros desde comienzos de 2017, según el diario francés Le Monde.

Los fabricantes de autos quizá no obtengan un beneficio inmediato de la prohibición, ya que muchos propietarios de autos viejos probablemente no podrán acceder a un vehículo reciente, ni siquiera de bajo precio. Pero hay quienes dicen en la industria que la situación pinta bien.

"Venimos diciendo desde hace tiempo que la respuesta más eficiente a la contaminación en zonas urbanas es renovar los viejos autos diésel", dijo Patrice-Henry Duchène, responsable de desarrollo sustentable en PSA Group, fabricante de Peugeot. "A corto plazo, es una señal mundial para el mercado (automotriz) que impulsará la renovación"

Laurent Petizon, director ejecutivo de la consultora Alix Partners en París coincide con él.

"Habrá cada vez más prohibiciones en las grandes ciudades", dijo. "Eso impactará en las decisiones de compra".

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