La carga de deuda en Argentina "no es sostenible", dijo el Fondo Monetario Internacional (FMI) después de completar una serie de reuniones en el país, lo que allana el camino para que el gobierno solicite a los bonistas privados que asuman pérdidas mientras se prepara para renegociar sus obligaciones.
Será necesaria una "contribución apreciable" de los tenedores de bonos privados para restablecer la sostenibilidad de la deuda del país, escribió el FMI en un comunicado el miércoles, después de conversaciones con funcionarios argentinos durante su primera misión técnica en Buenos Aires bajo la presidencia de Alberto Fernández.
El superávit primario que se necesitaría para reducir la deuda pública y las necesidades de financiamiento bruto a niveles consistentes con un riesgo de reinversión manejable y un crecimiento potencial satisfactorio, no son económica ni políticamente factible", dijo el Fondo.
Es probable que la montaña rusa de las tasas de los bonos de Argentina continúe, aun cuando él FMI, el acreedor, habla de progreso.
Aunque no sea sorprendente para un país que ha perdido más de un tercio de sus reservas internacionales desde julio y que ha instalado controles de capital draconianos, la declaración del FMI es otro capítulo en la larga historia de crisis fiscales y mala gestión de la deuda de Argentina. La nación había incumplido ocho veces en su historia y está en camino de contraerse por tercer año consecutivo en 2020 después de que la economía probablemente se redujo 2.5 por ciento en 2019.
Fernández busca renegociar miles de millones de dólares en deudas con acreedores privados, incluido un préstamo de 56 mil millones con la organización que tiene su sede en Washington. La última vez que los funcionarios del FMI comentaron sobre la deuda de Argentina fue en la cuarta revisión de la línea de crédito en julio de 2019, cuando la calificaron de "sostenible, pero no con una alta probabilidad".
"Afirman lo obvio: son los préstamos que el FMI otorgó a Argentina lo que hizo que la deuda fuera insostenible", dijo Hans Humes, director ejecutivo de Greylock Capital, con sede en Nueva York, que lidera un grupo de acreedores soberanos.
El préstamos récord que le había otorgado el FMI a la Argentina, ha estado en suspenso desde agosto después de que Fernández conmocionara al entonces presidente Mauricio Macri en las votaciones primarias para la presidencia, lo que hizo tambalear a los mercados.
"El personal del FMI enfatizó la importancia de continuar un proceso colaborativo de compromiso con los acreedores privados para maximizar su participación en la operación de la deuda", según el comunicado. La deuda aumentó a casi 90 por ciento PIB hacia finales de 2019, dijo el Fondo.
En una señal de lo que puede ocurrir cuando los mercados se reanuden el jueves, los operadores presentaron ofertas por los bonos de 2021 de Argentina a un mínimo de tres semanas de 52.6 centavos, una baja de 0.6 centavos después del anuncio del FMI.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, advirtió a los inversionistas la semana pasada que probablemente se sentirán frustrados con las negociaciones, que pretende concluir a fines de marzo. La segunda nación más grande de Sudamérica debe más de 38.7 mil millones de dólares a los tenedores de bonos solo este año, con pagos máximos en mayo.
Guzmán se reunirá con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, en la Reunión de Ministros de Finanzas y Gobernadores del Banco Central del G-20 que tendrá lugar en Riad, Arabia Saudita, del 22 al 23 de febrero.
El mandatario busca renegociar miles de millones de dólares en deuda con acreedores privados, incluido un préstamo con el Fondo.