Economía

Mundo da la espalda a cooperación global: Christine Lagarde

Uno de los principales riesgos que impedirían alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 es que el mundo dé la espalda a la cooperación global, señaló la directora gerente del FMI, lo que podría aumentar las migraciones y el descontento.

El riesgo de que el mundo esté dando la espalda a la cooperación global es el principal desafío para cumplir con los compromisos firmados por los países para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible hacia el 2030, con grandes retos principalmente en los países de bajos ingresos que podrían detonar mayores movilizaciones de migrantes y descontento social, señaló Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).

En su discurso pronunciado en el marco del 15° Aniversario del Centro para el Desarrollo Global (CGD), identificó a los países que podrían verse particularmente afectados por una ruptura de la cooperación a aquellos de bajos ingresos, un grupo de 60 países que juntos representan cerca de una quinta parte de la población mundial, ingresos que irónicamente son los que ofrecen la promesa de la futura economía global conforme la población de los mercados avanzados y emergentes están envejeciendo, limitando su futuro rol en el crecimiento global.

Los desafíos de largo plazo para este grupo de países, en donde de 60 sólo 16 alcanza el objetivo de reducción de la pobreza extrema- son los cambios demográficos, cambio climático y riesgos de conflictos violentos.

Los países más pobres son los más afectados por el cambio climático. Entre 2006 y 2015 los desastres naturales llegaron a países de bajos ingresos en 1.5 veces más que en países. Estas tensiones también podrían traducirse en presiones migratorias y mayor riesgo de conflicto, además de que este riesgo de conflicto violento permanece presente, sea mediante una guerra civil o terrorismo.

Mantener políticas macroeconómicas de baja inflación, déficit fiscal manejable, tipos de cambios competitivos y bajos niveles de deuda pública, es el primer consejo de la directora de FMI a los países de bajos ingresos, los que mayores diferencias en desarrollo presentan, así como grandes retos de largo plazo como cambios demográficos, cambios climáticos y episodios de violencia tanto por guerras como por terrorismo.

Según el FMI, se estima que hasta tres quintas partes de los resultados económicos de un país dependen de las políticas nacionales en oposición a los cambios en el entorno externo. Al respecto, identifica tres líneas de acción: obtención de recursos para el desarrollo con la ampliación de la base tributaria y fortalecimiento de la gestión fiscal; promover la inversión en infraestructura eficiente y el crecimiento inclusivo.

Estimados de la UNCTAD indican que la inversión total en infraestructura que necesitan los países en desarrollo oscila en el rango de 3.3 billones de dólares a 4.5 billones de dólares por año. Es necesario encontrar el justo equilibrio entre el gasto escalable y mantener la deuda sostenible.

Además de recursos e infraestructura, es necesario un crecimiento más inclusivo, reduciendo la desigualdad social hace el crecimiento más robusto y sostenible.

Hay que desarrollar el capital humano, mejorar la igualdad de género y dar mayor importancia a promover la inclusión financiera.

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