Economía

México tuvo esta buena noticia tras el alza de tasas

El Banco Central elevó en 50 puntos base su tasa de referencia el jueves 30 de junio, una semana después del Brexit y con ello logró una buena reacción en el mercado de bonos gubernamentales.

La decisión del Banco de México de subir el jueves su tasa de interés de referencia en medio punto porcentual logró no sólo el objetivo primario (elevar el costo de pedir prestado en el corto plazo) sino también otro, secundario, que parecería contra-intuitivo pero que es crucial para medir la efectividad de la medida, bajar las tasas de largo plazo.

Tras el aumento en 0.5 puntos porcentuales que dictaron las autoridades a su tasa de referencia, que pasó de 3.75 a 4.25 por ciento, las tasas de corto plazo de los valores gubernamentales se elevaron en una proporción similar al incremento decretado.

Pero al mismo tiempo, las tasas de los valores gubernamentales de tres o más años bajaron, en algunos casos, hasta en 0.2 puntos porcentuales en los últimos dos días.

Ambos movimientos generaron beneplácito en las autoridades monetarias, quienes vieron en el alza y la caída de ese tipo de tasas indicios de que los inversionistas confían en que podrán contener las presiones inflacionarias que comienzan a vislumbrase en México por la caída del peso, sin afectar (que es lo más importante) el nivel esperado de tres por ciento para la inflación de mediano y largo plazo.

La reacción en el mercado de deuda parece confirmar que con el alza a la tasa de referencia "anclamos mejor las expectativas de inflación y eso propició que las tasas de largo plazo cayeran", dijo Manuel Ramos Francia, miembro de la junta de gobierno de Banco de México, en una entrevista radiofónica con Stereo Cien el viernes.

La interpretación de Ramos Francia la compartieron diversos especialistas, quienes también consideraron que el alza de las tasas de corto plazo, combinado con la caída que registraron las de mediano y largo plazo, refleja, al menos hasta ahora, confianza de los inversionistas en la capacidad de Banco de México para controlar las alzas de precios que la economía mexicana comienza a observar por la debilidad del peso.

El año pasado, el tipo de cambio descendió 14.3 por ciento y en lo que va de 2016 ha perdido 6.3 por ciento contra el dólar.

"La reacción inicial ha sido favorable en el sentido de que la curva de rendimientos de los bonos gubernamentales se ha aplanado", dijo Alonso Cervera, economista en jefe para América Latina de Crédit Suisse Group, en una entrevista telefónica.

"Eso te podría hacer pensar que los inversionistas le están dando un voto de confianza al Banco de México de que va a contener el brote inflacionario en el corto plazo, por lo que están manteniendo sus posturas en el mediano y largo plazo".

Sin embargo, los aplausos que recibieron las autoridades monetarias no dejaron de venir acompañados de cierta cautela por parte de los especialistas, quienes están hasta cierto punto ansiosos por ver si a este acto inicial de Banco de México le seguirán otros que permitirán al país librar una etapa de gran incertidumbre y volatilidad.

Para muchos la volatilidad que generó en los mercados financieros la decisión de los electores del Reino Unido de separarse de la Unión Europea podrá regresar a medida que ese proceso avance.

Además, otros eventos, como las elecciones presidenciales en Estados Unidos, podrán desatar nuevas etapas de nerviosismo e incertidumbre, sin dejar de pasar por alto que otros líderes políticos en Europa podrán también intentar seguir el ejemplo de Gran Bretaña y exigir a sus gobiernos llevar a cabo votaciones para permitir a los ciudadanos decidir si conviene o no seguir en el bloque europeo.

De ahí que para Cervera los mercados financieros mexicanos, en particular el mercado cambiario, no estarán exentos de enfrentar nuevos choques externos en los próximos meses que representarán nuevos y más complicados retos para las autoridades monetarias.

"El riesgo que yo veo es que Banco de México al haber sido tan agresivo (con el alza de medio punto a la tasas de referencia) y al haber dicho en su comunicado que la preocupa la caída del peso. . . ¿qué va a pasar si en los próximos meses el peso se deprecia de nuevo por, digamos, la elección estadounidense y porque ésta se apretó?", dijo el economista de Credit Suisse.

Muchos creen que ante otro ataque contra el peso, el banco central mexicano optará de nuevo, como también hizo en febrero, por subir su tasa de referencia, lo que podría de nuevo elevar las tasas de corto plazo.

Si así ocurre y el diferencial entre esas tasas y las de largo plazo se reduce aún más, entonces la curva de rendimientos de los bonos gubernamentales podría aplanarse tanto que los inversionistas tendrían poco incentivo por mantener sus inversiones en instrumentos de mediano y largo plazo.

Eso podría generar otro tipo de distorsiones, que complicarían el desarrollo futuro de la economía mexicana al favorecer inversiones de corto plazo, lo que restaría capacidad al país para financiar proyectos de largo plazo.

De ahí que para Cervera si bien hasta ahora las autoridades han tomado medidas acertadas, no están exentas de enfrentar retos que quizás los fuercen a utilizar otras herramientas, como la intervención directa en el mercado cambiario para contener futuras presiones contra el peso y contra la inflación.

"Está por verse el desenlace y va a hacer un segundo semestre muy largo", dijo el economista de Credit Suisse.

Claro que al mismo tiempo, la incertidumbre global y las reacciones hacia ella de otras autoridades monetarias podrían ayudar a México.

Si los bancos centrales de Europa bajan más sus tasas, como ya sugirió al menos el gobernador de Bank of England, Mark Carney, o inyectan recursos para incentivar sus economías, amenazadas por sufrir una mayor desaceleración tras el anuncio del Reino Unido de divorciarse de la Unión, eso podría atraer fondos a México por ser un país que crece, que ofrece mejores rendimientos y cuyos niveles de riesgo son menores que otras economías emergentes.

La llegada de recursos al país podría fortalecer al peso y con ello evitar nuevas alzas a la tasa de interés de referencia.

Claro que existen aún muchos imponderables que hacen, por lo pronto, complicado prever lo que ocurrirá ante la falta de certidumbre en torno a diversos eventos internacionales de importancia.

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