Economía

México pone trabas a conversaciones del TPP

México estaría poniendo trabas a las negociaciones del Tratado Transpacífico de Cooperación Económica con el objetivo de proteger los avances obtenidos desde la implementación del Tratado del Libre Comercio.

Cuando los agotados funcionarios de 12 países incluidos en el Tratado Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) se encontraban a finales de julio envueltos en una semana de conversaciones en Hawaii sin alcanzan un acuerdo, el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, desvaneció los esfuerzos hechos para poner la responsabilidad sobre él. "De lo que pueden acusarme", dijo a la prensa con una sonrisa divertida, es la defensa de "los intereses de mi país".

Guajardo está luchando para asegurar que el TPP no ponga en riesgo las ganancias que el país ha hecho en el marco de Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el cual eliminó los aranceles en bienes enviados entre Canadá, México y la Ford Motor, General Motors y Chrysler de Estados Unidos, todas con una producción expandida al sur del Río Grande después de que el acuerdo entró en vigor en 1994 para aprovechar el acceso libre de aranceles al mercado estadounidense y los bajos salarios de México.

Los fabricantes europeos y japoneses hicieron lo mismo. El año pasado, México rebasó a Japón para convertirse en el segundo exportador más grande de vehículos a Estados Unidos, después de Canadá.

Concretar un acuerdo sobre el TPP, es una prioridad principal para el presidente Obama. Para acelerar las conversaciones, Washington acordó provisionalmente que los fabricantes de automóviles de Japón tengan permitido enviar vehículos a Estados Unidos libres de aranceles, incluso si una parte significativa de su contenido procede de países no integrantes del TPP. (Los Estados Unidos tienen un impuesto de 2.5 por ciento en autos y de 25 por ciento en camionetas fuera del área Nafta.

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A los ojos de los mexicanos, eso significa que "cualquiera que esté dispuesto, listo y capaz de construir camionetas podría convertirse en un reto", dijo Guido Vildozo, analista de IHS Automotive.

Técnicamente, la pelea es por las llamadas reglas de origen. Bajo el TLCAN, un vehículo debe obtener el 62.5 por ciento de su contenido del área de comercio libre para calificar para el tratamiento libre de aranceles, Japón ha estado presionando para un umbral inferior de 30 por ciento puesto que sus fabricantes, incluyendo Renault-Nissan y Toyota Motors, obtienen una gran parte de sus componentes de China y Tailandia, países que no son parte de las negociaciones del TPP.

Washington accedió a reunirse con Tokio en un punto intermedio dentro de las pláticas bilaterales que precedieron a la reunión más grande en julio, en Maui. Los mexicanos, así como los canadienses, no estaban contentos.

Los fabricantes de automóviles y otros actores de la industria están tomando partido en el conflicto. La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz ha declarado que sus miembros podrían vivir con requerimiento de contenido regional de 50 por ciento en el TPP. Pero proveedores de partes de México y Canadá han instado a las autoridades de ambos países a mantenerse firmes, diciendo en una carta fechada el 20 de agosto que ceder a las demandas de Japón anularía "20 años de integración económica".

Es poco probable que México deje de la cuestión. El país tiene mucho invertido en prolongar el status quo: Uno de casi cada cinco vehículos construidos en Norteamérica el año pasado fue hecho en el país, el doble de la proporción de 2005.

IHS espera que aumente a uno de cuatro para 2020, puesto que compañías, incluyendo a Volkswagen, Ford y Nissan añaden capacidad en el país. Naciones como Vietnam y Malasia esperan usar el TPP como un trampolín para convertirse en una plataforma de exportación para los autos, lo que potencialmente podría desviar esa nueva inversión de México. "Los mexicanos saben que es posible" afirmó Vildozo. "Porque ellos lo hicieron".

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