Economía

J.P. Morgan recorta de 2.6 a 2.2% crecimiento del PIB de México para 2017

En su reporte mensual de octubre, el banco explicó que debido a este recorte en las expectativas sobre la economía mexicana, el pronóstico para toda América Latina se ajustó a la baja a 2.1 por ciento desde el 2.2 por ciento.

J.P. Morgan bajó su estimado de crecimiento para México para 2017 de 2.6 por ciento previsto hace un mes a 2.2 por ciento, debido a los vientos en contra que el consumo interno enfrenta por el endurecimiento de la política monetaria y fiscal.

"Aún vemos en 2016 un crecimiento de 2.4 por ciento en el tercer trimestre del año pero el endurecimiento de la política monetaria y fiscal, así como la batalla en el sector de petróleo, nos llevan a recortar el estimado de crecimiento para 2017 a 2.2 por ciento desde 2.6 por ciento, todavía sin contabilizar el riesgo a la baja por las elecciones en Estados Unidos", indica el informe mensual de octubre.

Debido a este recorte en las expectativas sobre la economía mexicana, el pronóstico para toda América Latina se ajustó a la baja a 2.1 por ciento desde el 2.2 por ciento.

En el reporte mensual de octubre del grupo financiero sobre la economía en América Latina expone que en México la demanda doméstica permanece fuerte pero vientos en contra se aproximan con el riesgo de un huracán.

Explica que las variables que dependen del consumo podrían debilitarse el próximo año derivando en una moderación en el crecimiento del sector servicios.

La manufactura se espera compense la desaceleración en el crecimiento del sector servicios, pero los vientos en contra en la forma de endurecimiento fiscal y de política monetaria podrían tener consecuencias sobre la actividad del próximo año.

J.P. Morgan estima que el banco central seguirá el alza de tasas que haga la Reserva Federal de Estados Unidos en diciembre con un alza de 25 puntos base para terminar el año en 5.00 por ciento, pero la volatilidad por la elección presidencial continuará relevante.

En su análisis, la firma considera que el impacto de las reformas estructurales no será inmediato, aunque han generado optimismo sobre las perspectivas de crecimiento de México, los beneficios de su implementación podrían ser mayores en el largo plazo.

"Si bien compartimos ese optimismo, estimamos que el impacto completo de las reformas no se dejará sentir por completo en el mediano plazo. Algunas externalidades positivas de corto plazo son relacionadas con los bajos precios en los sectores energía y telecomunicaciones".

Para este 2016 la expectativa de crecimiento de J.P. Morgan sobre América Latina se mantiene en una contracción de 0.6 por ciento en 2016 pero para el 2017 se ajustó ligeramente a la baja, a 2.1 por ciento desde 2.2 por ciento debido a la revisión a la baja en México.

El declive en la inversión como porcentaje del PIB es uno de las principales razones detrás del menor potencial de crecimiento entre los países de la región.

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