Si bien México tiene todavía muchos retos por resolver, principalmente las desigualdades sociales, la debilidad del mercado interno y la inseguridad en algunas regiones, también presenta fortalezas que lo hacen una alternativa atractiva para las inversiones internacionales, además de que está en pleno proceso de transformación, señaló Juan Pablo Castañón Castañón.
El presidente de la Confederación Patronal de República Mexicana (Coparmex), anotó que entre los desafíos que se tienen que resolver como nación para elevar la capacidad de atraer inversiones, es el de reducir la brecha entre las habilidades y capacidades de la fuerza laboral y las necesidades de las empresas; "no podemos seguir enfrentando la paradoja de vivir en una economía con altas tasas de desempleo y de empleo informal, donde al mismo tiempo existen puestos vacantes para los cuales es difícil encontrar personas calificadas".
En su mensaje semanal, el líder del sindicato patronal señaló que son varios los obstáculos que se tienen como región en América Latina para hacer frente a esta demanda de empleos y uno de ellos es la insuficiente inversión en infraestructura, en segundo lugar, se observa el rezago en la productividad y otro aspecto en el que hay que trabajar es en mutar a las economías de la informalidad hacia la formalidad.
Por otro lado, también es común ver que en todos los países de Iberoamérica se viven la escasez de crédito eficiente dirigido a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) y en este sentido, en nuestra nación se necesita trabajar con nuestra nueva reforma financiera, para que el crédito a las pequeñas firmas a través de las instituciones de crédito privado y la banca de desarrollo, llegue efectivamente a proyectos productivos.
Asimismo, en los países de América Latina falta de competencia, en muchos casos por una sobreregulación económica y en particular en México se trabaja para que desde lo local hacia lo nacional se esté desregulando la promoción de las inversiones y la creación de nuevas empresas.
Castañón Castañón enfatizó que otra carencia que se tiene en Iberoamérica es un modelo educativo de baja calidad, con poca vinculación escuela-empresa.