Economía

Infraestructura resiliente: la inversión que puede regresar millones de dólares a países en desarrollo

La infraestructura resiliente es la capacidad de estos sistemas para funcionar y satisfacer las necesidades de los usuarios durante y después de un peligro natural.

El beneficio neto de invertir en una infraestructura más resiliente ante desastres naturales en los países de ingresos bajos y medios sería de 4 mil 200 millones de dólares; es decir, hay 4 dólares en beneficios por cada dólar invertido, según un informe del Banco Mundial y el Fondo Mundial para la Reducción y Recuperación de Desastres (GFDRR).

La resiliencia de la infraestructura, que es la capacidad de los sistemas de infraestructura para funcionar y satisfacer las necesidades de los usuarios durante y después de un peligro natural, es crítica en los países en desarrollo, no solo para evitar reparaciones costosas ante desastres naturales, sino también para minimizar las amplias consecuencias de los desastres naturales para los medios de vida y el bienestar de las personas, indica el informe 'Líneas de Vida: La Oportunidad de Infraestructura Resiliente'.

"Invertir en infraestructura resiliente consiste en desbloquear oportunidades económicas para las personas. Este informe ofrece un camino para que los países sigan un futuro más seguro, inclusivo y próspero para todos", dijo el presidente del Grupo del Banco Mundial, David Malpass, en la presentación desde Washington, y añadió que no se trata solo de carreteras, centrales eléctricas o puentes.

"Se trata de las personas, los hogares y las comunidades para quienes esta infraestructura de calidad es el sustento de una mejor salud, una mejor educación y mejores medios de vida", expuso.

Al establecer un marco para comprender lo crítico de contar con infraestructura en el nivel de resiliente, el informe examina cuatro sistemas esenciales: energía; agua y saneamiento; transporte y telecomunicaciones.

Las interrupciones de energía, el agua, las comunicaciones y el transporte afectan la productividad de las empresas, los ingresos y los empleos que proporcionan, así como el impacto directo en la calidad de vida de las personas, hace imposible que los niños asistan a la escuela o estudien, y contribuyen a la propagación de enfermedades transmitidas por el agua como el cólera, señala el informe.

Desastres naturales dañan la generación de energía

De acuerdo con el Banco Mundial, la falta de infraestructura resiliente daña a las personas y empresas más de lo que se entendía anteriormente.

Los desastres naturales, por ejemplo, causan daños directos a la generación de energía y la infraestructura de transporte, con un costo aproximado de 18 mil millones de dólares al año en países de ingresos bajos y medios. Pero las interrupciones más amplias que provocan en los hogares y las empresas son un problema aún mayor.

En total, las interrupciones causadas por los peligros naturales, así como el mantenimiento deficiente y la mala gestión de la infraestructura, cuestan a los hogares y empresas al menos 390 mil millones de dólares al año en países de ingresos bajos y medios.

"Para los inversionistas en infraestructura, ya sean gobiernos, bancos de desarrollo o el sector privado, es claro que invertir en infraestructura resiliente es sólido y rentable", dijo John Roome, director senior de Cambio Climático del Banco Mundial. "No se trata de gastar más, sino de gastar mejor", apuntó.

Para garantizar que los sistemas de infraestructura sean más resilientes, el Banco Mundial da cinco recomendaciones: realizar los conceptos básicos correctamente ya que un activo de infraestructura mal entendido no puede ser resistente; crear instituciones para la resiliencia que aborden los desafíos más amplios de las políticas económicas; incluir resiliencia en las regulaciones e incentivos; mejorar la toma de decisiones con acceso a mejores datos, herramientas y habilidades para la creación de resiliencia; y proporcionar financiamiento bajo el modelo correcto en el momento adecuado.

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