LONDRES.- La inflación británica se desaceleró bruscamente en septiembre a su tasa más baja en cinco años, lo que alivia aún más la presión sobre el Banco de Inglaterra para que comience a subir las tasas de interés que se encuentran en mínimos históricos.
Los precios al consumidor subieron 1.2 por ciento en septiembre frente al mismo mes del año anterior, a la baja frente al 1.5 por ciento en agosto, debido a que los precios de los alimentos y de los combustibles cedieron, dijo la Oficina de Estadísticas Nacionales.
Los economistas que participaron en un sondeo esperaban que la inflación se ralentizara a 1.4 por ciento.
En comparación con el mes anterior, el índice de precios al consumidor se mantuvo sin cambios, dijo la oficina.
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