Economía

'Guerra de divisas', en el centro de los debates del G20


 
Marcela Ojeda/Agencias
 
Los temores de devaluación competitiva para favorecer a la industria local y a los exportadores mediante una moneda más débil, fueron reavivados recientemente por Japón, que imprime billetes para sostener su economía, y serán parte central de las discusiones entre ministros de Finanzas y banqueros centrales de los países del G20, que se reúnen viernes y sábado en Moscú.
 
El ministro de Finanzas de Rusia, Anton Siluanov, dijo en Moscú que está seguro de que la declaración conjunta tras la reunión de funcionarios del G20 dará su apoyo a los tipos de cambio determinados por el mercado.
 
"No tengo dudas que, en su comunicado final, los ministros de Finanzas hablarán a favor de tipos de cambio determinados por el mercado", indicó Siluanov a periodistas.
 
Los comentarios de Siluanov sugieren que el G20 —que representa 90% de la economía del mundo— dará su apoyo a lo dicho en una declaración sobre monedas emitida el martes por el G7, que reúne a las 7 naciones más industrializadas del mundo.
 
Refiriéndose al intento del nuevo gobierno de Japón de aplicar más estímulos monetarios en su economía, que llevó al debilitamiento del yen, Siluanov expuso: "Debe haber competencia entre economías, no monedas."
 
El gobernador del Banco de Japón, Masaaki Shirakawa, defendió en Tokio la agresiva expansión monetaria del banco central, al decir que la medida apunta a revivir a la economía y no a debilitar el yen, en momentos en que el país encara nuevas críticas internacionales antes de la reunión clave del G20.
 
Sus comentarios se produjeron luego de que datos mostraran que la economía japonesa se contrajo inesperadamente en el cuarto trimestre de 2012, por lo que no pudo escapar a una leve recesión, al tiempo que el gobierno sigue adelante con radicales medidas de estímulo que podrían depreciar más a la moneda nipona.
 
Shirakawa dijo que buscará explicar las políticas de Japón a sus contrapartes del G20 en la reunión de este fin de semana en Rusia, donde Tokio podría ser fustigado por otras naciones alarmadas por el reciente debilitamiento del yen, como Corea del Sur.
 
Retórica, peligrosa
 
"El BOJ (por sus siglas en inglés) está aplicando una política monetaria destinada a lograr la estabilidad de la economía japonesa. Continuará haciéndolo", declaró Shirakawa en una rueda de prensa el jueves, horas antes de partir a Moscú.
 
Las expectativas de que el primer ministro Shinzo Abe seguirá presionando al banco central para que aplique medidas radicales destinadas a controlar la deflación han generado una depreciación del yen de casi 20% contra el dólar desde noviembre.
 
El retroceso del yen brindó cierto alivio a la economía de Japón, dependiente de sus exportaciones, que se contrajo 0.1% en el cuarto trimestre, pero que está mostrando indicios de recuperación, gracias a una mejoría de la demanda global y a los efectos del estímulo del banco central.
 
El Fondo Monetario Internacional (FMI) consideró que las "discusiones sobre una guerra de monedas parecen exageradas".
 
Gerry Rice, portavoz del organismo, indicó en Washington que "nuestra evaluación multilateral no revela separaciones muy importantes en la apreciación de las monedas de referencia".
 
En su opinión, "será necesario vigilar la evolución de la situación atentos a una cooperación" entre las grandes potencias.
"El FMI puede contribuir a facilitar esta cooperación", comentó Rice.
 
Las autoridades deben ser cautelosas de no elevar la retórica sobre las "guerras cambiarias", lo que podría provocar que suceda algo peor, dijo en Bruselas Vitor Constancio, vicepresidente del Banco Central Europeo.
 
Las declaraciones contradictorias por parte de funcionarios del G7 en torno al comunicado emitido para calmar las tensiones sobre las monedas internacionales sólo han alentado una mayor volatilidad en el mercado.

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