Los esfuerzos diplomáticos para poner fin a una guerra comercial mundial se están expandiendo a múltiples frentes pues la Unión Europea y Japón iniciarán pronto conversaciones con la administración del presidente Donald Trump, justo cuando Estados Unidos busca sellar un acuerdo con China.
Mientras las negociaciones entre Beijing y Washington continúan, esta semana Japón entra en una lucha que había logrado esquivar durante más de dos años: conversaciones comerciales bilaterales con Trump.
Este lunes, los ministros europeos dieron 'luz verde' para comenzar las negociaciones con EU, ya que ambas partes tratan de mejorar las relaciones una semana después de haberse amenazado mutuamente con miles de millones de dólares en nuevas tarifas por una disputa de aviación de 14 años.
Las cuatro economías más grandes del mundo están negociando las reglas del comercio transfronterizo y los riesgos para el crecimiento son altos. En su reunión de primavera en Washington la semana pasada, el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo su perspectiva para la expansión mundial a los niveles más débiles desde la recesión mundial de 2009.
El comodín en todas las conversaciones es la amenaza inminente de Trump de imponer aranceles a las importaciones de automóviles y partes.
Japón-Estados Unidos
Para Japón, la tercera economía más grande del mundo, hay mucho en juego en las conversaciones que tienen lugar esta semana en Washington.
El primer ministro, Shinzo Abe, está desesperado por evitar aranceles o cuotas en las exportaciones de automóviles, ya que Trump quiere abrir el mercado agrícola de Japón y reducir el déficit comercial de 60 mil millones de dólares.
Abe se ha esforzado por cortejar a Trump para mantener una relación estratégica que proteja a su país de amenazas potenciales de Corea del Norte y China.
Pero esto no significa que Japón se dejará pisotear a nivel comercial: el gobierno de Abe está decidido a evitar darle a EU un mejor acuerdo bilateral que los pactos multilaterales que ha negociado con las naciones de Europa y de la costa Pacífico.
China-Estados Unidos
Por varias razones, las dos economías más grandes del mundo se están acercando para resolver sus diferencias y anunciar un acuerdo. El último giro inesperado que Bloomberg News informó este lunes es que China está considerando una solicitud de la administración estadounidense de cambiar algunos aranceles sobre productos agrícolas clave a otros productos.
Esto ayudaría a Trump a vender cualquier acuerdo eventual como una victoria para los agricultores antes de su candidatura a la reelección de 2020, comentaron personas familiarizadas con la situación.
Durante el fin de semana, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, explicó que EU y China estaban "muy cerca de la ronda final" y que estaban considerando si debían celebrar más negociaciones comerciales en persona.
También destacó que el Gobierno estadounidense está abierto a enfrentar "repercusiones" si no cumple con sus compromisos en un posible acuerdo comercial, una señal de que las dos partes se están acercando a un acuerdo.
UE-Estados Unidos
La UE está tratando de celebrar su propio acuerdo limitado con el presidente estadounidense para abordar los aranceles sobre los productos industriales, en parte para evitar los gravámenes con los que Trump amenazaba sobre automóviles extranjeros y autopartes.
Las negociaciones que se espera comiencen en las próximas semanas se producirán en medio de una escalada de tensiones transatlánticas, ya que EU acusó a la Unión Europea de no actuar de buena fe y retrasar el inicio de las conversaciones.
La advertencia de Trump sobre los aranceles a automóviles, que se basaría en los mismos motivos de seguridad nacional utilizados para los controvertidos impuestos del año pasado sobre el acero y el aluminio extranjeros, tendrá un gran peso en las discusiones, dado que Europa está enojada por la idea de que representa una amenaza para Estados Unidos.
El tono de las conversaciones no ha sido bueno. La semana pasada, el Gobierno de Donald Trump amenazó con solicitar indemnización por daños que ascienden a 11 mil millones de dólares a través de los aranceles a productos europeos para contrarrestar la ayuda del gobierno europeo a Airbus.
En represalia, la UE está considerando afectar productos estadounidenses, desde carteras hasta helicópteros, con aranceles de represalia por una suma de 10 mil 200 millones de euros (11 mil 500 millones de dólares).