Economía

Quizá el home office llegó para quedarse... Esto piensan las empresas mexicanas

Ante la pandemia del COVID-19, esto es lo que piensan los directores de finanzas de los centros de trabajo, según un estudio realizado por la firma PwC.

La propagación de la pandemia de COVID-19 en México y en el mundo ocasionó que los centros de trabajo se vieran forzados a cambiar las rutinas y estrategias para acatar las medidas de distanciamiento social. Pero, ¿qué es lo que piensan los dueños de las empresas en el país?

De acuerdo con el estudio de PwC, CFO Pulse: Impactos financieros del COVID-19 en empresas mexicanas, el 64 por ciento de los directores de finanzas consideran que el trabajo remoto llegó para quedarse, ya que apostarán por mantener esta medida cuando se decrete el retorno a las oficinas.

"Aunque el home office ha sido una herramienta útil en el confinamiento, no ha sido fácil para todas las empresas adaptarse por la serie de retos que representa y el surgimiento de dudas respecto a cómo será la dinámica, una vez las actividades presenciales sean reanudadas" indicó Emilio Gárate, socio de BC&B.

Para el especialista, los beneficios que podrían obtenerse son menos gastos personales para los trabajadores (pasajes, comida, vestimenta, entre otros), más oportunidades de trabajo, trayectos más cortos de traslado y un mejor balance entre la vida privada y laboral.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2018, el 20 por ciento del gasto de los mexicanos se destina a transportes y comunicaciones, mientras que el 35.3 por ciento se va en alimentos, bebidas y tabaco.

"Sin olvidar que aumentaría la productividad interna y externa de las empresas, disminuirían gastos corporativos y contarían con un equipo de trabajo más grande, diverso, calificado y motivado", indicó.

Sin embargo, dentro de las desventajas podrían generar dudas e incertidumbre sobre temas de ciberseguridad; menor acceso a capacitaciones; percepción de una falta de desarrollo profesional, aumento en pagos de servicios como luz e internet, problemas psicosociales como el aislamiento y las líneas difusas entre la vida laboral y privada.

"Si bien hay sectores que se han visto beneficiados y aumentaron su productividad por el confinamiento, la mayoría han sido afectados negativamente. Por lo que es un momento coyuntural importante para replantear y proponer iniciativas en torno a alternativas de forma de trabajo, que permitan afrontar en un futuro situaciones similares a la que estamos viviendo", añadió Gárate.

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