La labor tradicional del CFO se ha relacionado con asegurarse de que los registros contables de la compañía estén en orden. Incluso históricamente se ha visto al director financiero como adverso al riesgo y poco emprendedor. Sin embargo los cambios en los modelos de negocios y la adaptación al ambiente en que se desenvuelven las empresas para entregar mejores productos o servicios a sus clientes ha incidido en la evolución de su rol.
Apoyado por los avances tecnológicos, la labor del CFO ha progresado hacia el análisis de información crítica para la toma de decisiones a través del desarrollo de pronósticos de desempeño y el uso de referencias (benchmarks) que permitan evaluar el desempeño de la empresa en comparación a sus competidores y su desempeño histórico. Los directores financieros han dejado de ser un supercontralor para convertirse en un socio en la estrategia de la compañía.
Adicionalmente, en la era Sarbanes-Oxley, es imposible minimizar la gran responsabilidad que generan los temas de cumplimiento: además de declarar y pagar impuestos, los CFOs también supervisan labores relacionadas con la gestión de riesgos como la prevención del fraude y la implementación de cambios regulatorios.
Mas su labor no termina ahí. Hacia el interior de las empresas el CFO es el generador de información para tomar decisiones como la fijación de precios o en qué proyectos vale la pena invertir para impulsar las metas del negocio de acuerdo con su apetito de riesgo y a su cultura corporativa. ¿Buscamos crecer de manera orgánica o buscamos revolucionar el mercado con innovaciones disruptivas? Lo que para una compañía podría significar dar un salto al vacío, para otra podría ser simplemente la respuesta mínima para adaptarse y permanecer en el mercado. En la dinámica del entorno actual el director financiero puede convertirse en un impulsor de la innovación aplicando sus habilidades de evaluación de riesgos en conjunto con el análisis de expectativas de rentabilidad y necesidades de inversión.
Por todo lo anterior el IMEF ha decidido reconocer a la nueva generación de CFOs que, con características y habilidades como la experiencia y creatividad, busca impulsar a sus empresas. A esto se suman otros talentos como ser buen administrador y emprendedor para incidir en la generación de valor. Finalmente el director financiero exitoso es más que un ejecutivo multifuncional con habilidades financieras, percibiéndose a sí mismo como un estratega con una mayor participación en la toma de decisiones y gestión del desempeño. Todo un reto.
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