El peso sufrió ayer frente al dólar. Tras una depreciación de la moneda mexicana de 1.35 por ciento en el día, el tipo de cambio se elevó a 19.4940 unidades, su mayor nivel desde mediados de marzo de este año.
Entre los factores que influyeron en la caída del peso, según analistas, destaca la posible disminución de flujos de capitales al país, derivada de la reducción de impuestos aprobada en Estados Unidos, pero también por la incertidumbre respecto al futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
"La presión sobre el tipo de cambio provino inicialmente de la reforma fiscal de Estados Unidos por dos factores: primero porque afecta la competitividad de México, y segundo, porque se espera que acelere el ritmo de crecimiento de la economía estadounidense, elevando la probabilidad de que la Fed continúe subiendo su tasa de interés", señaló Gabriela Siller, directora de análisis Económico-Financiero de Banco Base.
En ventanilla bancaria el peso también resintió la presión, pues el dólar se vendió en 19.75 unidades, cifra mayor a las 19.50 reportadas el miércoles como cierre por Citibanamex.
El peso también se vio afectado por la fortaleza del dólar a nivel internacional, situación que no fue compensada por la moderada recuperación en los precios del petróleo. El índice que mide el comportamiento del billete verde frente a una canasta de 10 divisas subió 0.09 por ciento en el día.
Con este movimiento, la divisa mexicana se ubicó ayer como la moneda más perdedora del mundo frente al dólar, sólo seguida del peso argentino y del rand sudafricano.
TENSIÓN POLÍTICA
Además de los factores externos, el peso también resintió la tensión política interna.
De acuerdo con George Lei, estratega de divisas de Bloomberg Intelligence, la aprehensión de un empresario allegado al PRI por un escándalo de corrupción en el que se habría triangulado dinero del gobierno a campañas políticas también influyó sobre el comportamiento de la moneda mexicana.