Desde Beverly Hills hasta Los Hamptons, los vehículos de lujo que recorren las rutas de Estados Unidos dependen de la ayuda de Asia para seguir ronroneando con gasolina de alto octanaje.
Aunque el auge del shale ha vertido más crudo en las refinerías estadounidenses, su gasolina no es la ideal para el motor de un Corvette Stingray, un Rolls-Royce Phantom o incluso un Nissan Infiniti.
Esto está generando un aumento de los despachos de Asia que traen aditivos que se mezclan con los combustibles para mejorar el desempeño.
EU importó casi 10 veces más de estos componentes para gasolina del centro asiático de negociación en Singapur en 2015 que en el año anterior, según datos de la US Energy Information Administration. "Los estadounidenses aman sus vehículos todoterreno, los motores de alto rendimiento y los autos poderosos", dijo John Driscoll, estratega jefe de JTD Energy Services Pte.
La demanda de estos componentes para mezclas podría aumentar aún más el próximo año, cuando se implementen en EU nuevas regulaciones para la reducción de sulfuros en los combustibles. Como el proceso que realizan las refinerías reduce los niveles de octanos, esto incrementaría potencialmente la necesidad de aditivos.
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