Para futuras acciones positivas de calificación soberana de México por parte de Fitch Ratings, se debe observar un periodo sostenido de crecimiento que reduzca la brecha económica de México con los soberanos con calificaciones más altas, así como mejoras adicionales materiales en la flexibilidad fiscal, dijo Shelly Shetty, director senior y analista líder de calificación Soberana de México para Fitch Ratings.
En reacción al aumento de la calificación soberana de México a "A3" por parte de Moody's Investors ayer, este jueves Fitch Ratings emitió un comunicado sobre su último movimiento en la calificación del país.
Expone que en mayo de 2013, incrementó las calificaciones de México, el Issuer Default Rating (IDR), de Largo Plazo en Moneda Extranjera a "BBB+" desde "BBB"; el IDR de Largo Plazo en Moneda Local a "A-" desde "BBB+"; la perspectiva de las calificaciones fue estable.
Uno de los principales fundamentos para el aumento de la calificación en ese momento fue la premisa de que el impulso de las reformas continuaría en México y que éstas tendrían un impacto positivo en las perspectivas de crecimiento y la flexibilidad fiscal en el mediano plazo.
Shetty argumentó como soporte de dichas calificaciones la estructura económica diversificada de México, un bien capitalizado sistema bancario y una carga de deuda extranjera moderada.
No obstante, advirtió como limitantes de la calificación las debilidades estructurales en las finanzas públicas, un bajo nivel de intermediación financiera y un elevado índice de violencia, factores que identificó como un impedimento para implementar la tasa de crecimiento potencial del país.
DEPENDENCIA PETROLERA
En el comunicado enviado al momento de aumentar la calificación en mayo del año pasado, Fitch expuso que una potencial reforma fiscal, que mejorara los ingresos, podría proveer las bases para eliminar la dependencia al ingreso petrolero y las presiones al gasto.
Advirtió que la inefectiva implementación de las reformas estructurales, aprobadas o las que se encontraban en proceso, que no cumplan con las expectativas de mayor inversión y crecimiento, afectarían negativamente la calificación.