Economía

Éste es el futuro 'idílico' de la industria automotriz

¿La llegada de servicios como Uber o los autos autónomos golpearán las ventas de las automotrices? Deutsche Bank dice que no, y explica por qué.

La innovación tecnológica en la industria automotriz, desde el advenimiento de Uber Technologies hasta un futuro con vehículos de conducción automática, promete cambiar la realidad de quienes se trasladan hacia y desde el trabajo y los fabricantes de autos.

Este vuelco hacia la movilidad a pedido, compartida y potencialmente autónoma que ya está en marcha, aborda un problema notorio para los conductores: los vehículos representan costos iniciales elevados a la hora de adquirirlos y se deprecian rápidamente, pero no son muy utilizados necesariamente. 

Sin embargo, según analistas de Deutsche Bank, hay una infinidad de ideas erróneas sobre cómo afectará a los fabricantes de autos la revolución a pedido (principalmente) en cuanto a su impacto sobre los volúmenes de venta.

"La opinión común es que las ventas de autos bajarán, y que eso será negativo para los fabricantes de equipos originales estadounidenses", escribe el equipo de Deutsche Bank encabezado por Rod Lache.

"Nosotros creemos que la opinión común puede estar equivocada".


De todas maneras, los analistas reconocen que la proliferación de vehículos a pedido podría a la larga reducir en 25 millones el número de autos en circulación en los Estados Unidos, en tanto la densidad demográfica actúa como determinante clave del tamaño del parque automotor a pedido.

"La movilidad a pedido probablemente resultará práctica y atractiva a nivel financiero en las sub-zonas de mayor densidad que representan (aproximadamente) un 31 por ciento (en promedio) de los hogares totales en las áreas estadísticas metropolitanas que estudiamos (13.2 millones de hogares que tienen 15.5 millones de vehículos sobre el total)", escribe el equipo.

"Dentro de estos subsegmentos, 61 por ciento de los hogares (con 8 millones sobre 15 millones de vehículos) pueden considerar financieramente atractivo pasar a los servicios de movilidad en vehículos autónomos a pedido".

Pero esta disminución en el número de vehículos en circulación coincidirá con un ciclo vital mucho más breve para los autos porque serán, en promedio, mucho más utilizados que ahora.

Se prevé que la expectativa de vida de un vehículo a pedido será de apenas tres años; esta tasa más alta de rotación de un parque automotor más pequeño redundaría en un aumento en los volúmenes de ventas, según los analistas.

"Las ventas estadounidenses aumentan, no obstante, en todas las hipótesis que examinamos dado que el desguace de los vehículos es determinado por las millas recorridas", concluyen.

"Cada vehículo a pedido recorrerá más millas (entre 10 y 20 por ciento más) que el total de los seis a nueve vehículos particulares que reemplaza".

Este aumento del kilometraje agregado es atribuible principalmente a los "trayectos en vacío" (es decir, la distancia que recorrerían los vehículos a pedido yendo de un pasajero a otro).

Por ejemplo, los analistas señalan que casi la mitad de las millas que recorren los conductores de uberX en la ciudad de Nueva York son sin pasajero.

Si las cosas se desarrollan como supone Deutsche Bank, el sector automotor también se volverá menos cíclico, en la medida que los kilómetros recorridos, y no el estado de la economía y las condiciones crediticias, impulsarán los volúmenes de venta, por así decirlo.

En este futuro idílico imaginado por Deutsche Bank, la revolución de vehículos a pedido baja los costos para los trabajadores que se trasladan hacia y desde el trabajo y es a la vez una bendición para el desempeño financiero de los fabricantes de autos. ¿Factible? Quizá no. Pero sin duda es una idea menos chiflada de lo que eran los autos sin conductor hace apenas una década.

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