Ante la nueva realidad que vive el mundo las prioridades en materia de políticas deben obedecer a respaldar el crecimiento presente, invertir en resiliencia y lograr un crecimiento sostenible a largo plazo, señaló Agustín Carstens, presidente del Comité Monetario y Financiero Internacional (CMFI) durante su Trigésima Segunda Reunión celebrada en el marco de las reuniones de otoño del Fondo Monetario Internacional y el Grupo del Banco Mundial, en Lima, Perú.
A fin de limitar una volatilidad excesiva en el mercado y efectos de contagio negativos, el CMFI se comprometió a abstenerse de cualquier forma de proteccionismo y de devaluaciones competitivas.
La regulación financiera mundial debe completarse e implementarse de manera oportuna y ampliarse para corregir problemas creados por actividades financieras fuera del sistema bancario.
En economías avanzadas las prioridades son sanear balances, abordar préstamos en mora y corregir los problemas de liquidez en el mercado. Los mercados emergentes y en desarrollo, deben continuar reforzando sus marcos de políticas y mantener márgenes de maniobra adecuados.
Para preservar el crecimiento presente, recomendó Carstens a las economías avanzadas mantener una orientación monetaria acomodaticia, según corresponda al mandato de los bancos centrales.
"Somos conscientes de los riesgos para la estabilidad financiera. Aplicaremos las políticas fiscales de manera flexible a fin de tener en cuenta las condiciones económicas a corto plazo, para así apoyar el crecimiento y la creación de empleo y a la vez, logar que la deuda como proporción del PIB siga una trayectoria sostenible", expuso el también Gobernador del Banco de México.
Respecto a los países emergentes y en desarrollo, dijo deben usar el margen de acción disponible para aplicar políticas a fin de suavizar el ajuste ante condiciones externas menos favorables, y a la vez realizar esfuerzos para eliminar los cuellos de botella que impiden un crecimiento más vigoroso.
"En las economías con un margen de acción limitado, las políticas fiscales deben garantizar la sostenibilidad y preservar al mismo tiempo un gasto social y en infraestructura eficiente. Los países exportadores de materias primas cuyos términos de intercambio se están deteriorando y que tienen defensas limitadas, quizá tengan que reevaluar sus políticas fiscales ante la disminución de los ingresos provenientes de las materias primas", comentó.
Reiteró la importancia y efectividad de las reformas estructurales para un crecimiento sostenible a largo plazo al identificar nuevas fuentes de crecimiento, abordar cuellos de botella de la oferta, deficiencias de infraestructura y el envejecimiento demográfico.
"Los precios bajos del petróleo ofrecen una oportunidad para reformar los subsidios al a energía ineficientes y los impuestos sobre la energía, según sea necesario".
Como presidente del Comité Monetario y Financiero Internacional solicitó al FMI se mantenga preparado para atender con rapidez la demanda futura de asistencia financiera, inclusive de carácter precautorio, para realizar reformas y ajustes apropiados y ayudar a los países a protegerse de los riesgos.
"Aguardamos con interés la próxima evaluación del sistema monetario internacional, que incluya un examen para determinar si la arquitectura de la red mundial de seguridad financiera es adecuada", apuntó.
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