Economía

Brexit costaría al Reino Unido entre 1.5% y 9.5% del PIB, advierte el FMI

El Fondo Monetario Internacional estima que la salida de Reino Unido de la Unión Europea tendría diversos efectos negativos como pérdidas fiscales; erosión del estado de Londres como centro financiero global y la reacción en los mercados. 

La salida del Reino Unido de la Unión Europea significaría sustanciales efectos negativos en el largo plazo.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que podría costarle una reducción desde 1.5 hasta 9.5 por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB), pérdidas fiscales; erosión del estado de Londres como centro financiero global y la reacción en los mercados provocando fuertes caídas en precios en el sector inmobiliario.

Al concluir la revisión sobre la Declaración de Consulta del Artículo IV Final de la Misión 2016 sobre el Reino Unido, el equipo del FMI señaló este viernes que un voto en el referéndum del próximo 23 de junio a favor de la permanencia en la Unión Europea, detonaría un crecimiento económico hacia la segunda mitad de este año, luego de un primer semestre hundido en la incertidumbre sobre los efectos.

Se estima que este 2016 el crecimiento del país caiga debajo del 2 por ciento antes de regresar a un promedio cercano al 2.25 por ciento en el mediano plazo.

En caso contrario, un voto a favor del Brexit tendría significativos efectos negativos en el largo plazo. El FMI advierte que conforme se incrementen las barreras podría reducirse el comercio, la inversión y productividad.

La amplia gama de pérdidas llevaría a una reducción desde 1.5 hasta un 9.5 por ciento del PIB, estos estimados no representan un desacuerdo fundamental entre los expertos de que la salida sería costosa, pero sí refleja diferentes supuestos sobre futuras relaciones económicas del Reino Unido con la Unión Europea y el resto del mundo.

Cualquier pérdida en la producción que excedan al 1 por ciento del PIB podría resultar en una pérdida fiscal neta para el Reino Unido, al reducirse los ingresos debido a menor producción podría más que contrarrestar cualquier ganancia de eliminar el presupuesto del Reino Unido para su contribución a la Unión Europea equivalente a un tercio del PIB.

El Estado de Londres como centro financiero global también podría ser erosionado, ya que las empresas en el Reino Unido pueden perder sus derechos "de pasaporte" para proporcionar servicios financieros al resto de la UE y muchos de los negocios denominados en euros podrían con el tiempo moverse hacia el Continente.

La reacción en los mercados puede ser brusca con un voto a favor de la separación; podría conllevar fuertes caídas en los precios de acciones y la vivienda, el aumento de los costos de endeudamiento de los hogares y las empresas, incluso una parada repentina de los flujos de inversión en sectores clave, tales como bienes raíces comerciales y las finanzas.

Efectos de contagio podrían resultar en daños colaterales para los mercados regionales y globales, aunque el principal impacto se hará sentir al interior del país.

Ya las preocupaciones han comenzado a tener algún efecto sobre los mercados en el Reino Unido en los últimos meses. En el mercado inmobiliario comercial, las transacciones se contrajeron cerca de 40 por ciento en el primer trimestre del año. Aunque el mercado de bienes raíces residencial permanece boyante, podría reflejar temporales efectos debido a cambios fiscales.

En los mercados financieros, la Libra Esterlina se ha depreciado en 9 por ciento en términos ponderados en el comercio desde noviembre.

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Si gana el Brexit, lo primero es favorecer la estabilidad

En el caso de un voto a favor del Brexit, las políticas deben ser orientadas a favorecer la estabilidad y reducir la incertidumbre. Si los mercados reaccionan fuertemente y de manera adversa, sería importante asegurarse que el sistema financiero tenga una liquidez adecuada.

En este sentido, el Banco de Inglaterra ha anunciado planes para realizar adecuadamente las subastas de liquidez adicionales en las semanas alrededor del referéndum.

Las implicaciones para las políticas macroeconómicas no son claros ya que las autoridades se enfrentan a un difícil equilibrio entre la estabilización de la inflación y estabilizar la producción y el empleo: el alcance de las políticas macroeconómicas para amortiguar una fuerte caída de la actividad económica dependerá de una evaluación de la oferta y la la demanda y el grado en que las expectativas de inflación a más largo plazo se mantengan firmemente ancladas.

Al mismo tiempo, puede ser necesario elaborar planes de consolidación presupuestaria adicional a medio plazo para compensar los efectos adversos fiscales a más largo plazo.

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