Economía

Éste es el panorama del consumo en Brasil

Los brasileños toman medidas ante el aumento del desempleo y la recesión económica que vive la mayor economía de América Latina.

BRASIL.- Mariele Santarosa ahora limita sus salidas sociales y compras después de que el flujo de visitas en su consultorio dental de Sao Paulo cayó un 80 por ciento en un año. Ella es una víctima de la recesión más larga en Brasil en al menos un siglo.

"Mucha gente perdió sus puestos de trabajo y sólo va al dentista cuando siente dolor", dijo Santarosa, de 35 años, que pasó una reciente mañana de sábado paseando por el Centro Comercial 3, en la avenida Paulista. "También terminé por suprimir las cosas superfluas. Hoy solo paseo, hago algunas investigaciones. Sólo miro".

Como la confianza de los consumidores está cerca de mínimos históricos, la erosión de los hábitos de compras de los brasileños resultó ser una de las sorpresas más negativas para los inversores que analizan en detalle los resultados del cuarto trimestre.

En el sector de los servicios para el consumidor, compuesto principalmente de minoristas, un 75 por ciento de las compañías han informado ventas y beneficios que no lograron alcanzar las estimaciones de los analistas, el peor resultado para cualquier sector ajeno a los productos básicos.

Las cosas podrían empeorar. Los servicios y las ventas minoristas podrían superar al sector industrial en cuanto a su aporte a la recesión "a medida que empeoran las condiciones crediticias y el mercado laboral", escribió en una nota el 18 de marzo Marco Maciel, economista de Bloomberg Intelligence.

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 Brasileños limitan sus gastos

El desempleo en la mayor economía de Latinoamérica subió a un máximo de casi siete años alcanzando un 8.2 por ciento en febrero. El mercado laboral en deterioro junto con las tasas de interés más altas entre las principales economías ha llevado a los bancos a restringir el crédito y a los consumidores a alejarse de los artículos de mayor precio, como los automóviles y los electrodomésticos.

Los consumidores también están siendo cuidadosos a la hora de realizar las compras en el supermercado.

Santarosa dijo que ahora busca ofertas en distintas cadenas de abarrotes, incluyendo a Pão de Açúcar y Extra, ambas marcas de la Cía Brasileira de Distribuição Grupo Pão de Açúcar, o GPA, así como también en Carrefour y DIA, antes de comprar para asegurarse de que obtiene los precios más bajos.

Ana María dos Santos, de 57 años, que recoge materiales reciclables de la basura de otras personas, ha reducido sus listas de abarrotes a la mitad y prepara remedios caseros si es que se enferma porque no puede permitirse el lujo de comprar medicamentos.

Ella dice que una mayor cantidad de personas pasea por las calles revisando los basureros, lo que aumenta la competencia por materiales reciclables dignos para la reventa -otro de los efectos del aumento del desempleo-.

La ciudad de São Paulo, la más grande de América del Sur, tenía cerca de 16 mil indigentes en 2015, según un estudio encargado por la municipalidad. Eso en comparación con una cifra de 14 mil 500 en 2011, y ocho mil 700 en el año 2000, según revela el estudio.

EXPECTATIVAS

A medida que la temporada de resultados financieros llega a su fin, la atención empieza a centrarse en cómo la intensificación de la crisis política de Brasil afectará los resultados, mientras la presidenta Dilma Rousseff libra una batalla contra un proceso de destitución.

Los economistas no son muy optimistas respecto de la posibilidad de que Brasil pueda salir de la recesión este año. Prevén que el producto interno bruto se contraerá en un 3.6 por ciento, según el sondeo semanal más reciente del banco central, sumándose a la contracción de un 3.8 por ciento del año pasado, lo que llevará a las empresas a centrarse en el ahorro de costos para compensar la falta de crecimiento de las ventas.

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