Economía

Argentina coquetea con el default ante presiones de 'holdouts'

La probable cesación de pagos por parte del gobierno argentino genera el riesgo de más sufrimiento económico para la tercera economía de América Latina.

BUENOS AIRES.- La inquebrantable postura de Argentina para no revelar sus cartas en la batalla contra los inversores denominados holdouts que litigan contra el país está mermando el optimismo respecto a un acuerdo para evitar una nueva cesación de pagos antes de la fecha límite del 30 de julio.

A pesar de las conversaciones indirectas para cerrar un acuerdo, el Gobierno de la presidenta Cristina Fernández se ha opuesto a cambiar su postura de que no puede realizar el pago total a los fondos de cobertura que compraron bonos a bajo precio tras el default de 100 mil millones de dólares en el 2002.

Fernández dijo la semana pasada a los líderes de las economías emergentes que conforman el bloque BRICS que era "imposible" pagar a los acreedores la deuda incumplida al valor total.


Dijo que los fondos que mantienen bonos en default podrían haber canjeado los títulos incumplidos bajo las mismas condiciones de las reestructuraciones del 2005 y 2010, en las que los tenedores de bonos aceptaron grandes quitas. Es una oferta que los holdouts ya han rechazado.

Un default genera el riesgo de más sufrimiento económico para la tercera economía de América Latina, que se encuentra en recesión y lidiando con una de las tasas de inflación más altas del mundo.

Los fondos han dicho a través de sus abogados que están listos para dialogar, incluso escuchar a Argentina sobre sus tiempos para el pago. Pero, el fondo que lidera la demanda contra Argentina, NML Capital Ltd, dijo el viernes que el Gobierno parece dispuesto a un default después de una semana de retórica desafiante y falta de negociaciones.

"Las probabilidades de un default han aumentado. Todavía espero que estén jugando al póker", dijo Claudio Loser, un argentino que trabajó durante décadas en el Fondo Monetario Internacional y que ahora preside la firma de consultoría Centennial Group.

Fernández, con un discurso duro, ha prometido seguir honrando la deuda reestructurada pero se niega a pagar el monto nominal a los "buitres" que compraron bonos con fuertes descuentos y que están demandando ahora el pago total.

La exclusión de Argentina de los mercados de créditos internacionales desde el 2002 implica que un eventual default probablemente no generaría shocks en los mercados emergentes mundiales.

Sin embargo, generaría un mayor debilitamiento del peso argentino, que ya ha caído un 20 por ciento en el mercado oficial en lo que va del año, y alimentaría el riesgo inflacionario.

Las reservas internacionales, que están en su nivel más bajo en ocho años, se encuentran en alrededor de 30.000 millones de dólares y podrían caer a un tercio por el esfuerzo del Gobierno por apuntalar el peso y cubrir las importaciones, estimó Loser.

Mientras el tiempo se agota, algunos inversores esperan que Fernández alcance un acuerdo de último momento para que Argentina pueda nuevamente volver a los mercados globales para fortalecer sus alicaídas reservas y financiar el desarrollo de sus vastos recursos de gas y petróleo no convencional.

"No veo ningún escenario en el cual el default sea positivo, ni siquiera para el pensamiento de Cristina", dijo Alberto Bernal, socio de Bulltick Capital Markets.

"Estaría 'defaulteando' la deuda que renegoció su esposo fallecido", agregó Bernal, refiriéndose al antecesor de Fernández, Néstor Kirchner. "Ella sabe que los beneficios de un acuerdo serían enormes", resaltó.

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