En México, la educación privada se financia día a día y pocas veces se ahorra o se tiene algún plan para garantizarla, situación que puede poner en peligro los estudios si la situación financiera de los padres cambia. De acuerdo con el estudio "El Valor de la Educación: Un trampolín para el éxito" elaborado por HSBC, el 92 por ciento financia la educación con base el flujo corriente (el sueldo de los padres), 12 por ciento de los ahorros y sólo 5 por ciento toma un plan específico para la educación
"Los mexicanos están muy mal preparados para obtener el dinero para pagar la educación de los hijos aún cuando el mexicanos e ambicioso, pues el 99 por ciento de los padres quieren que sus hijos vayan a la universidad", indicó en entrevista Eduardo Varón, director de Distribución de Banca Premier de HSBC.
Asimismo, el 69 por ciento de los padres quieren que sus hijos estudien un posgrado en universidad privada, pero el 51 por ciento de los encuestados se arrepiente de no haber ahorrado lo suficiente. El directivo indicó que normalmente las personas no empiezan a ahorrar cuando sus hijos son aún pequeños, por lo que conforme van creciendo, el problema puede hacerse peliagudo.
Varón precisa que si se empieza a ahorrar para la educación superior en el momento en que nace un pequeño, se tiene que dedicar 18 por ciento de su ingreso durante 22 años para pagar incluso un posgrado, pero si se empieza más tarde, éste porcentaje sube hasta 25 por ciento.
"Al mexicano sí le gusta pagar por la educación, pero lo va incrementando mayor sea el grado escolar, pues sólo 23 por ciento considera pagar una primaria privada, y en universidad 99 por ciento de los entrevistados consideraría pagarla", indicó.
De acuerdo con la institución, el financiar una carrera universitaria en instituciones educativas privadas es un asunto que requiere muchos recursos y que al mismo tiempo, abre las puertas a un mundo laboral altamente competitivo.
Un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), indica que el costo promedio por carrera en universidad privada va de los 125 mil a los 930 mil pesos, siendo la carrera de medicina la más costosa, mientras que se estima que el estado eroga 70 mil pesos anuales por estudiante de educación superior al asumir los costos.
En torno a ello, HSBC da tres recomendaciones para quienes desean ver a sus hijos graduados de la mejor institución educativa superior:
1. Ahorrar lo más pronto posible. Los padres más jóvenes tienen más oportunidades, pero se recomienda que en cuanto se inicie la vida en pareja se empiece un plan de ahorro para evitar erogar hasta el 40 por ciento de los ingresos si se desea inscribir a un hijo en una universidad privada.
2. Conocer las opciones en el mercado. Desde seguros educativos, fideicomisos y otros mecanismos. Varón recomienda analizar los diferentes productos en el mercado para lograr un ahorro a largo plazo.
3. Valorar las opciones. La estrategia de los padres puede ser que los hijos estudien en escuelas públicas primero y después en instituciones privadas, dependiendo de las aspiraciones de cada persona. Sin embargo, dependiendo del número de hijos y del plan que los padres escojan, se puede valorar qué camino tomará el alumno.