Economía

Lanza el BID simulador sobre el impacto de las políticas fiscales sobre equidad de género

El propósito es analizar y gestionar aquellos programas de gasto e impuestos que permitan mejorar más la equidad y disminuir la pobreza.

Introducir una perspectiva de género en el proceso presupuestario ayuda a comprender el impacto del mismo y a priorizar las políticas que contribuyen positivamente a la igualdad de género, meta que elevaría en 22 por ciento el PIB de América Latina, por lo que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presentó el Laboratorio de Políticas para la Equidad Fiscal.

“El Laboratorio es una solución integral dónde los países acceden a una caja de herramientas personalizada que permite hacer análisis de la situación actual y de micro simulaciones para analizar los impactos de las políticas fiscales y sociales sobre la equidad en los diferentes segmentos de la población del país”, señala el organismo.

El propósito de LAPEF es analizar y gestionar aquellos programas de gasto e impuestos que permitan mejorar más la equidad y disminuir la pobreza tanto en el corto y en largo plazo sin poner en riesgo la sostenibilidad ni el crecimiento económico.

Es una solución que ayudará a los gobiernos a entender los impactos en la pobreza y desigualdad durante reformas en diferentes áreas de gasto y de impuestos. La herramienta permite analizar quiénes y cuánto ganan o pierden en las reformas; diseñar potenciales compensaciones a los perdedores, o evitando que sus pérdidas ocurran; gestionar transversalmente a lo largo de todo el sector público la manera de potenciar los programas redistributivos o los impuestos que logren reducir más la pobreza y la desigualdad, sin poner en riesgo la sostenibilidad fiscal y tratando de no aumentar la informalidad o disminuir el crecimiento económico.

Mejorar la diversidad de género puede resultar en mayores ganancias económicas, además de traer beneficios propios, estimados del Fondo Monetario Internacional (FMI), indican una oportunidad de elevar el PIB de América Latina en un 22 por ciento a partir de abordar la desigualdad de género y las políticas fiscales tienen potencial para contribuir.

“Se trata de un área en la que los ministerios de finanzas deberían trabajar, ya que podrán tomar mejores decisiones presupuestarias si sus evaluaciones de impacto incluyen datos desglosados por género, un anclaje institucional explícito, un marco metodológico sólido y el desarrollo de capacidades”, expone el BID en su informe en el que concluye que incorporar una perspectiva de género en todo el ciclo presupuestario para contribuir a promover la igualdad de género.

El diseño de las obligaciones tributarias debe adaptarse a las necesidades o comportamientos económicos por género, como la declaración de impuestos sobre la renta, que cuando se presenta de forma conjunta por unidad familiar, puede conllevar a un sesgo debido a que la mujer es responsable de una gran parte del trabajo doméstico, no remunerado, y es considerada dependiente del esposo. También las deducciones fiscales permiten un escudo para los gastos relacionados con los hijos que se efectúan con los ingresos del padre, pero el tiempo no remunerado que invierte la madre en dicho cuidado, tampoco percibe ningún crédito fiscal. Según ONU Mujeres, en el mundo las mujeres trabajan 2.6 veces más en labores domésticas y de cuidado (no remunerado) que los hombres.

Por otra parte, cuando las mujeres trabajan en empleos remunerados, y presentan declaraciones de impuestos conjuntas, suelen pagar el mismo tipo impositivo que sus esposos aun cuando ellos suelen ganar más dinero, y en caso de eventual devolución de impuestos, esta no suele ser dividida entre la pareja, sino que se efectúa directamente a la cuenta corriente del declarante principal, que usualmente es el esposo en diversos países.

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