Economía

Gobernadores salientes dejan regalito ‘bronco’ a sucesores: deuda

Hay cinco entidades que podrían tener problemas de liquidez bajo las nuevas administraciones.

En 5 de los 15 estados en donde recientemente hubo elecciones, los gobernadores salientes heredaron una deuda más alta de como la recibieron: Baja California, con un crecimiento de 35.9 por ciento real; Sonora, con un alza de 5.8 por ciento; Nayarit, con 1.4 por ciento; Colima, 0.2 por ciento y Nuevo León, 1.8 por ciento, establecen indicadores de la Secretaría de Hacienda.

Otras ocho entidades lograron bajar sus pasivos en términos reales: Michoacán con una disminución de 11.3 por ciento; Sinaloa 16.7, Chihuahua 19.2; Campeche 11.5; San Luis Potosí 26.3; Zacatecas 25.5; Baja California Sur 31 y Guerrero 51.7.

Cinthya Rocha, directora de finanzas públicas de Aregional y María del Carmen Martínez Richa, vicepresidente analista de Moody’s, destacaron que una mención aparte merecen dos entidades que dejaron sus pasivos en cero: Querétaro, por una decisión del gobernador saliente de prepagar los pasivos eliminó toda su deuda, y Tlaxcala, cuya Constitución le prohíbe tomar deuda de largo plazo.

El gobernador saliente de Querétaro, Francisco Domínguez, hizo un esfuerzo por actualizar el padrón catastral y mejorar el cobro de predial y otros impuestos locales, así como para obtener ahorros que le permitieron adelantar su pago de deuda.

Las expertas precisaron que para los estados donde la deuda les representa un problema, no tiene que ver con el monto en números absolutos, sino con el flujo de ingresos, ya que por ejemplo Nuevo León registra el pasivo más alto entre las 15 entidades comparadas, al sumar 49 mil 785 millones de pesos, pero su economía es muy dinámica y tiene ingresos que la hacen manejable.

En contraste, subrayó Rocha, Guerrero que tiene la deuda más baja de las 15 entidades, de mil 412.9 millones de pesos, enfrenta presiones importantes e incluso el nuevo gobierno planea contratar deuda de corto plazo por casi mil 850 millones de pesos, precisamente para hacer frente a la nómina y los aguinaldos de cierre de año.

Martínez Richa explicó que un buen parámetro de medición consiste en comparar el tamaño de la deuda de cada entidad con respecto a sus ingresos operativos, (participaciones e ingresos propios) y bajo esta métrica, destaca que Nuevo León ha mantenido muy estable su deuda, sí la ha elevado cada año, pero comparada con sus ingresos se mantiene alrededor del 100 por ciento de sus entradas. Ha contratado unos 2 mil o 3 mil millones de pesos de deuda al año, pero es muy manejable.

Añadió que en el caso de Sonora, su nivel de deuda bajó de 79 por ciento de sus ingresos operativos en 2016 a 68.4 por ciento en 2020.

Meten disciplina

Las expertas coincidieron en que luego de la entrada en vigor de la Ley de Disciplina Financiera en 2016, la deuda de los estados ha crecido muy poco, en promedio en los últimos 5 años ha aumentado entre 4 y 5 por ciento.

Explicaron que la Ley exige a los gobernadores pagar los pasivos de corto plazo en los últimos tres meses antes de irse, por lo que en el primer semestre de este año, las deudas de las entidades que tuvieron elecciones se redujeron.

La experta de Moody´s expuso que las entidades con baja liquidez enfrentaron problemas para acatar esta disposición de la Ley, y algunos estados sufrieron por la pandemia.

Rocha afirmó que los nuevos gobernadores que recibirán a sus entidades con niveles de endeudamiento de largo plazo más elevados serán Nuevo León, Chihuahua, Sonora, Michoacán y Baja California.

Pero las entidades que estarían en apuros de liquidez son Baja California y Nayarit, que tienen un uso recurrente de pasivos de corto plazo. Otros estados con problemas de liquidez son Michoacán, Campeche y Guerrero.

“Nayarit en 2020 se declaró en bancarrota, por incumplimiento de pago de sus obligaciones de financiamiento y en 2021 liquidaron los créditos de corto plazo gracias al anticipo de participaciones federales”, recordó.

Las expertas destacaron que la Ley de Disciplina fiscal ayudó a evitar problemas de sobreendeudamiento o de insolvencia.

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