Culturas

Pompeya sigue revelando sus secretos enterrados tras erupción del Vesubio

Descubren frescos, mosaicos y grafitis en la última excavación. Un tercio de la ciudad sigue enterrada para futuros arqueólogos.

POMPEYA, Italia.- Casi 2 mil años después de que Pompeya fue destruida por una erupción volcánica del Vesubio, la antigua ciudad romana aún sigue revelando sus secretos enterrados.

Fantásticos frescos, mosaicos preservados y grafitis obscenos son solo algunos de los descubrimientos que surgen de la mayor excavación arqueológica realizada en el lugar desde la década de 1950.

Mientras los equipos de trabajadores de la construcción apilaban montículos de tierra resguardando las áreas excavadas para evitar un deterioro de las ruinas, arqueólogos y conservacionistas están ocupados restaurando las piezas de arte recién descubiertas y reforzando las frágiles paredes.

El incremento de actividad marca las etapas finales del 'Gran Proyecto Pompeya', lanzado en 2012 después de una serie de derrumbes. La Unión Europea y el Estado italiano pusieron más de 105 millones de euros (118 millones de dólares) para detener la decadencia del lugar.

"El riesgo de colapso, de daños graves, ya pasó. Ahora Pompeya es bastante segura", dijo Francesco Muscolino, un arqueólogo de 42 años que trabaja en el programa.

El extenso trabajo de conservación ha permitido a los estudiosos descubrir algunas áreas más de Pompeya aún enterradas bajo escombros volcánicos, incluidas dos casas grandes, callejones, interiores muy decorados y un bar de aperitivos de colores brillantes.

Pompeya quedó enterrada por cenizas volcánicas cuando el Monte Vesubio explotó en el año 79 después de Cristo, lo que provocó la muerte de miles de romanos que no tenían idea de que vivían bajo uno de los volcanes más grandes de Europa.

El recuerdo de la catástrofe se desvaneció con el tiempo y recién en 1748 se realizó una exploración significativa. Las excavaciones más sistemáticas se iniciaron en el siglo siguiente, pero a fines del siglo XX, la negligencia, la falta de fondos y las repetidas inundaciones causaron graves daños.

En 2010, menos del 15 por ciento del área excavada era accesible para los turistas, perros salvajes vagaban por las calles pavimentadas y solo 10 edificios estaban abiertos, contra 64 en 1956.

Actualmente alrededor del 70 por ciento de la ciudad es accesible y se pueden visitar más de 30 construcciones totalmente restauradas.

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