Culturas

'Ángeles en América': un retrato de las minorías en tiempos de Reagan que resurge con Trump

El director teatral Martín Acosta sostiene, en torno al montaje de 'Ángeles en América: el milenio se aproxima', que de Trump es el heredero de Reagan en términos de oscurantismo, ultraderechismo y total abandono de los derechos humanos.

El personaje "Prior", quien es gay y tiene sida, sale a escena como el nuevo profeta del mundo luego de algunas visiones celestiales, con la misión de anunciar el nuevo orden en el que la humanidad deberá vivir.

"El milenio se aproxima es como la anunciación, es un ángel, que al mismo tiempo es víctima, y se vuelve un profeta a quien tenemos que escuchar, así es como arranca esta épica", dice en entrevista con El Financiero el director artístico Martín Acosta acerca de su nuevo proyecto basado en la primera parte de la obra teatral del dramaturgo estadounidense Tony Kushner.

Ángeles en América: el milenio se aproxima, con el montaje de Martín Acosta, recrea un momento histórico que es abordado con casi 20 personajes en escena a través de una polémica historia sobre la sexualidad, las religiones y la política dentro de la sociedad estadounidense en la década de los ochenta, con Ronald Reagan en la Casa Blanca y el sida propagándose en EU.

Acosta cuenta que con esta puesta en escena que describe como "un trabajo de relojería" en la que los personajes atraviesan significativos capítulos en diversas realidades, se busca que el contexto del que habla Kushner sea comprensible, "en el sentido de empatizar y comprometerse con un fenómeno que sigue muy vigente con apariciones como las de Trump o Bolsonaro sobre el tema de las minorías y de la manera en que el capitalismo brutal trata de exterminarlas.

"También el fenómeno de la fe en el mundo contemporáneo, la falta de espiritualidad y de cómo afrontamos los paradigmas del S. XXI, porque ya cruzamos el año 2000, pero apenas estamos tratando de entender cuál es el fenómeno de este nuevo modelo al que ni siquiera hemos puesto nombre", afirma.

Con un discurso que rompe los mitos y paradigmas del mundo gay y la política global, "la puesta en escena abre la discusión sobre la relación entre el hombre y las fuerzas superiores que también nos gobiernan con la adaptación para una realidad contemporánea", relata el dramaturgo mexicano.

El hilo con mayores tintes políticos en la obra y con una gran paradoja lo lleva de la mano Roy Cohn, quien es un personaje que existió en la vida real, siendo abogado macartista antisemita y que ayudó a perseguir a los comunistas. En los años ochentas, Cohn ("gay de clóset"), contribuyó a que Reagan y el Congreso de EU no dieran luz verde al apoyo sobre las investigaciones del sida. Murió a causa de esta enfermedad.

"Reagan (aconsejado por Cohn) dijo que por primera escuchó en el año 1886 la palabra 'sida', pero lo sabía desde principios de la década, lo que equivale a un genocidio. Avances en la ciencia habrían evitado millones de muertes", remarca el director.

Cohn, más tarde, se convirtió en mentor de Trump por lo que -dice Acosta- hay una liga muy interesante en la política, "y de alguna manera Trump es el heredero de Reagan en términos de oscurantismo, ultraderechismo y total abandono de los derechos humanos".

El director teatral apunta que si bien el sida ya no es una enfermedad mortal, "tenemos otras enfermedades mortales en la cabeza", como la violencia de género y el rápido avance del calentamiento global. Y es justo que "con el guión de la comunidad homosexual en los ochentas tratamos de ejemplificar cómo se estigmatizan a los grupos y se justifica la violencia. Shakespeare lo haría al ponernos de contexto a Ricardo III o a Hamlet".

Para Acosta llevar a cabo este montaje significó un "ajuste de cuentas" porque al haber pertenecido a la generación que le tocó vivir la pandemia del sida "vi morir a muchos amigos. Fue una especie de guerra. Para mí es mirar hacia atrás y hacia adelante y preguntarnos '¿En qué o qué debemos creer?'".

Ángeles en América: el milenio se aproxima se escenificará del 3 al 27 de octubre en Teatro del Bosque Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque.

También lee: