Cocinas hechas de cuarzo, ¿relacionadas con enfermedades pulmonares?

De acuerdo con un informe de la autoridad de salud y seguridad de Francia, decenas de miles de trabajadores franceses están en peligro de desarrollar enfermedad pulmonar por un mineral ampliamente utilizado para hacer baldosas, vidrio y encimeras de cocina.

Hasta 30 mil personas están en un riesgo particularmente alto de salud por la inhalación de polvo de sílice, de acuerdo con la agencia francesa de alimentos y seguridad ambiental, Anses, en un informe publicado esta semana.

La mayoría de las personas en riesgo trabaja en construcción y canteras, donde están expuestos a niveles superiores a los estándares de seguridad. Las encimeras de cuarzo cada vez más populares y costosas presentan una nueva amenaza, dice el informe.

La sílice se encuentra en rocas como el cuarzo, y la inhalación del polvo se ha relacionado con enfermedades pulmonares como la silicosis, una condición de cicatrización crónica de los pulmones, durante más de un siglo. Más recientemente, el cáncer, los riñones y los trastornos autoinmunes se han agregado a la lista.

Polvo peligroso

Los hallazgos se suman a la evidencia de que el polvo de sílice es peligroso. Un estudio realizado el año pasado por el Instituto Nacional para la Seguridad y la Salud Ocupacional de Estados Unidos encontró que los trabajadores de las fábricas de tallado de piedras, fabricación de vidrio y arenado en Egipto estaban en 'gran riesgo' de cáncer de pulmón y muerte por la inhalación del mineral.

En Francia, el riesgo de exposición entre los trabajadores en sectores tradicionales como las canteras y la fabricación de cemento es bien conocido, según el estudio de Anses, el cual también documentó la evidencia de un aumento en las tasas de enfermedad pulmonar debido a la tendencia relativamente nueva de las encimeras de piedra artificial, hechas de aproximadamente 90 por ciento de tierra de cuarzo y mezcladas con resinas.

Un estudio publicado hace cinco años describió un brote de silicosis entre 47 trabajadores españoles que fabricaban encimeras en Cádiz. La edad promedio al diagnóstico fue de 33 años.