Ciencia

Así funciona la inmunidad de rebaño, pero ¿es viable contra el COVID-19?

Hay muchos matices involucrados en calcular exactamente qué cantidad de la población necesita ser inmune para que lo que se conoce como inmunidad de rebaño surta efecto.

La carrera por encontrar la salida a la crisis sanitaria ocasionada por el nuevo coronavirus aún tiene largo camino. Además de medicamentos y vacunas para tratar y prevenir la enfermedad se han puesto sobre la mesas otras fórmulas como la inmunidad de rebaño.

La inmunidad del rebaño ocurre cuando una gran parte de una comunidad (el rebaño) se vuelve inmune a una enfermedad, lo que hace poco probable la propagación de la enfermedad de persona a persona. Como resultado, toda la comunidad se protege, no solo aquellos que son inmunes.

De acuerdo con varios expertos en epidemiología en el mundo, hay muchos matices involucrados en calcular exactamente qué cantidad de la población necesita ser inmune para que surta efecto.

Pero ¿qué tan viable es para protegerse del COVID-19?

Por ejemplo, si el 80 por ciento de una población es inmune a un virus, cuatro de cada cinco personas que se encuentran con alguien que padece la enfermedad no se enfermarán (y no la propagarán más), según datos de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos.

De esta manera -dicen- la propagación de enfermedades infecciosas se mantiene bajo control. Dependiendo de cuán contagiosa sea una infección, generalmente del 70 al 90 por ciento de una población necesita inmunidad para lograr la inmunidad del rebaño, afirma la Universidad Johns Hopkins.

Para el doctor Hugo López-Gatell, el subsecretario de Salud, el término se refiere a las personas que desarrollan una inmunidad a cierta enfermedad una vez que la haya padecido.

En su explicación a mediados de mayo pasado, comentó que algunas estimaciones calculan que se necesitaría que el 70 por ciento de la población, ya sea de una ciudad, estado o país sea inmune para alcanzar "el punto crítico de protección de la inmunidad de rebaño".

Sin embargo, según un artículo publicado en la revista Immunology, de Randolph y Barreriro, el camino para alcanzar ese objetivo no es tan sencillo ni ético, ya que las consecuencias sociales podrían ser devastadoras. En el artículo describe los conceptos básicos de la inmunidad de rebaño y analiza su implicación en el contexto actual de la pandemia por COVID-19.

"Existen dos posibles enfoques para alcanzar una inmunidad de grupo contra el SARS-CoV-2: 1) una campaña de vacunación masiva, que requiere el desarrollo de una vacuna efectiva y segura, o 2) la inmunización natural con el virus a lo largo del tiempo. Las consecuencias de este último enfoque son graves: una gran parte de la población necesitaría infectarse con el virus y fallecerían millones de personas", explica.

¿Es mejor la inmunidad proporcionada por las vacunas que por las infecciones naturales?, se pregunta la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un comunicado., en donde responde asimismo que las vacunas son vitales.

"Las vacunas interaccionan con el sistema inmunitario y producen una respuesta inmunitaria similar a la generada por las infecciones naturales, pero sin causar enfermedad ni poner a la persona inmunizada en riesgo de sufrir las posibles complicaciones de esta", afirma la OMS.

Estos estudios concluyen que en ausencia de un programa de vacunación, no se debería establecer como objetivo final la inmunidad de grupo. Lo que debe hacerse es potenciar las medidas que protegen a los grupos más vulnerables con la esperanza de que la inmunidad colectiva se logre eventualmente sin tener la inmunidad de rebaño como un objetivo principal en sí mismo.

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