CDMX

Visitantes abarrotan La Nueva Viga pese a contingencia por COVID-19

Las recomendaciones de las autoridades de salud no pudieron evitar aglomeraciones de personas en este mercado de pescados y mariscos de la alcaldía Iztapalapa.

Pese a la tranquilidad que campea en varios puntos de la Ciudad de México, hay lugares de la urbe que se niegan al silencio impuesto por el COVID-19: el mercado de pescados y mariscos La Nueva Viga es uno de ellos, que este jueves se vio abarrotada por visitantes.

Ni la pandemia del nuevo coronavirus y las recomendaciones de las autoridades de salud pudieron evitar aglomeraciones de personas que movidos por la costumbre y la tradición ligada con la religión de no comer carne durante la Cuaresma, acuden a comprar pescado y marisco.

"Todo el año esperamos estas fechas para la venta de los mariscos", comparte Luis en entrevista, trabajador en un local de caldos de gallina en la calle Aztecas, adyacente a la Nueva Viga.

En años anteriores -comparte- en estos días instalábamos puestos sobre la calle, pero con la contingencia y las medidas de distanciamiento social para evitar la propagación del coronavirus, ahora la calle luce vacía, a medias.

A la entrada de La Viga, una manta, abarrotada de letras donde se establecen las medias sanitarias para contener la propagación del virus, pero nadie le presta atención, ni el viento la agita.

Así como los cuidados sanitarios en el paradero de la estación Aculco, de donde salen los microbuses para La Viga; abarrotados de gente que va a trabajar o comprar en el lugar.

"Nosotros nos esperamos a estas fechas de Semana Santa para vender más, pero en esta ocasión no fue así, en el local del Tío, dos trabajadores fueron despedidos por las bajas ventas e incluso, nosotros tomamos todas las medidas sanitarias para evitar ser sancionados", comparte Luis.

En el interior, un comerciante de pescado de nombre Armando, dijo que en esta temporada se vende más el pescado curvina procedente del Mar de Cortés, en el municipio de San Carlos, Sonora.

"Si no fuera por este pescado de curvina, los precios de la sierra podrían aumentar hasta en 200 pesos, pero este pescado de curvina es más barato y se consume más, incluso nuestras ventas han bajado más por el COVID-19".

La mayor parte de los marchantes van con las manos vacías, pocos con cubrebocas, algunos llevan poquito pescado o camarón, nomás para cumplir con la tradición; La Nueva Viga está abarrotada de gente, pero muchos van con prisa, "el miedo no anda en burro", le dice un vendedor a otro, pero ninguno ríe.

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