CDMX

Microsismos en CDMX: ¿Temblores pequeños ayudan a evitar un gran terremoto? Esto sabemos

Se cree que al haber muchos sismos de intensidad baja hay menos probabilidades de que ocurra un terremoto, ¿es cierto? Esto sabemos.

Un microsismo de 3 grados Richter se reportó la noche del miércoles 10 de mayo en la Ciudad de México, de acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN). El temblor tuvo epicentro al noreste de la alcaldía Magdalena Contreras.

Hasta el momento, se han reportado nueve réplicas en la CDMX, el último de magnitud 1.8, con epicentro en la alcaldía Cuauhtémoc, a las 2:21 horas de este jueves 11 de mayo.

En meses recientes la aparición de microsismos es cada vez más llamativa en la capital del país, al grado de que, en algunos casos, se activaron protocolos de seguridad similares a los de un sismo de mayor magnitud.

Esto se debe a que la capital está situada en una zona de alta actividad sísmica donde la interacción entre la Placa de Cocos y la Placa Norteamericana provoca constantes movimientos y deformaciones en la corteza terrestre, explica Sismo Alerta Mexicana.

¿Muchos temblores pequeños ayudan a evitar un gran terremoto?

Aunque se dice que los sismos de baja magnitud sirven para posponer un gran terremoto al aliviar la presión en las fallas, esta creencia es falsa, señala la Red Sismológica Nacional de Costa Rica.

Es cierto que los sismos de baja magnitud liberan una pequeña parte del estrés acumulado en la Tierra, pero no es del todo suficiente ni equivalente a la liberación de energía que representa un temblor de gran magnitud.


Los sismólogos han determinado que se necesitan alrededor de 32 sismos de magnitud 5, 1000 de magnitud 4 o bien 32 mil de magnitud 3, para equiparar la cantidad de energía liberada por un temblor de magnitud 6., por lo que tendrían que ocurrir 163 840 000 000 sismos de magnitud 2 para liberar el estrés que representa un evento de magnitud 9.

Aunque los microsismos de bajas magnitudes no son un mecanismo para evitar eventos de mayor importancia, los expertos han observado que su ocurrencia frecuente o un incremento en su ocurrencia puede preceder eventos como terremotos.

“Esto no es una relación absoluta sino una observación frecuente que permite seguir estudiando la sismicidad y la tectónica”, destacaron.

Hasta la fecha, es imposible predecir la ocurrencia de un evento sísmico aunque se puede evaluar la acumulación de estrés (con ayuda de la estadística) en las zonas de falla.

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