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En la calle Campos Elíseos, en Polanco, hay pocas construcciones de cantera rosa que subsisten. Una de ellas es la ubicada en el número 76. Ventanales y especies vegetales como helechos, palmas y orquídeas decoran la entrada de la casona construida en 1930.
Desde afuera se percibe la calidez de este inmueble dedicado al descanso. Se llama Orchid House y aloja un hotel boutique de nueve habitaciones que ofrece las comodidades necesarias para quienes buscan intimidad, exclusividad y privacidad.
"Los espacios de alojamiento han evolucionado, el deseo de nuestros clientes es llegar a un lugar en el que se sientan como en casa y gocen del confort de un hotel de lujo", afirma Lucía Sadek, gerente general del lugar.
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De estilo neoclásico, la remodelación de la casona fue protegida por el Instituto Nacional de Bellas Artes y corrió a cargo del arquitecto mexicano Antonio Sadek. Se respetaron los vitrales, la escalera de hierro forjado y los pisos, algunos de mosaico y otros de barro antiguo con piezas realizadas a mano, entre las que resaltan reproducciones de personajes literarios como Don Quijote de la Mancha.
La decoración de habitaciones, lobby, comedor y jardín encuentra identidad en las piezas que aloja de los siglos XIX, XX y XXI. Cabeceras de latón o madera armonizan con sillones de piel y modernas lámparas de pie; cómodas de estilo vintage hacen juego con sillas contemporáneas; mármol y piedra conviven en los baños. El arte que cuelga de las paredes, las esculturas y los textiles de todos los espacios están elaborados por artistas mexicanos y están a la venta.
Pero la verdadera inspiración del lugar son las orquídeas, flor que sedujo a griegos y chinos. Ambas culturas documentaron sus variedades y las registraron en dibujos y escritos.
"Son elegantes y requieren de cuidados específicos para que floreen. Necesitan de la dosis adecuada de agua, sol y sombra. La casa aloja más de 150 flores naturales en diferentes espacios", destaca Sadek.
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Adornan la escalera principal, cuelgan de las paredes, decoran las mesas y crecen en el orquideario, lugar que habilitan para desayunar o tomar un refrigerio. Todas las habitaciones están bautizadas con nombres de esas flores tropicales, como vanda, brassia y laelia.
El precio por noche oscila entre los 255 y 280 dólares más impuestos, todo depende de la amplitud de la habitación y si es temporada alta. El compromiso con el medio ambiente se refleja no sólo en la vegetación de sus espacios, también en el nulo uso de productos de plástico; los cepillos de dientes, por ejemplo, son de bambú.
Para agasajar a los clientes no hay límites. La administración ofrece paseos personalizados, desayunos temáticos, cenas románticas y viajes en helicóptero, entre las opciones. Basta con solicitarlas.
Orchid House es un espacio para abstraerse del ruido y disfrutar de un ambiente selvático en la Ciudad.
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