Brasil

México vs. Camerún, un duelo de engaños

Aunque exhibió su mejor nivel, el "Tri" de Miguel Herrera no logró una actuación redonda. El Mundial apenas comienza para un equipo nacional sin mucho mar y con mucho viento en contra.

Cuando el mago sostiene que en efecto saca conejos de la chistera se acaban la magia y el mago. El juego de esta tarde en Natal, ha sido un conjunto de engaños. No ha sido, en absoluto, una actuación redonda de México. Camerún fue una sospecha. Y el árbitro fue todo menos puntual. Fue una tarde irreal.

El equipo de Herrera, eso sí, jugó con su mejor nivel. Ordenado, casi exacto, superó sus traumas y se plantó con garbo sobre el césped encharcado de la presentación. Ante un rival que nunca terminó por arribar al escenario, la selección mexicana realizó su propio partido, cantata a solas. Y lo hizo de manera eficaz, como pocas veces. Sin embargo, el pero.

Cuando el rival puso en aprietos a la zaga nacional, ventiló sobremanera las deficiencias en la marca. El 1-0 (o 3-0, si se toman en cuenta los goles anulados por el nazareno), esconde desperfectos que Brasil se encargará de hacer notar. El mérito de la escuadra nacional es incuestionable. Atinó al esquema para un juego de sombras. Ahora, quizá sea poco ante equipos de mayor oficio, dispuestos a no meter la nómina en el ímpetu, Brasil y Croacia tienen otras ambiciones; Camerún fue un sindicato en pie de lucha, equipo de protesta ejecutiva. Los siguientes rivales tienen el salario seguro, por lo tanto ejecutan sin reservas la mano de obra.

Las campanas que ahora doblan por la victoria pueden pronosticar un funeral de entusiasmo.

México fue suficientemente mejor ante Camerún, el rival más débil del grupo. El Mundial apenas comienza para un equipo sin mucho mar y con mucho viento en contra.

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