Brasil

Espada desnuda

El partido inaugural de la Copa del Mundo Brasil 2014 estuvo marcado por el mal juicio del árbitro Yuichi Nishimura. Ayer, Brasil acabó de fea forma con la épica balcánica.

La poeta croata Dunja Detoni-Dujmic se lamenta de que Dios no conteste la llamada con un silbido. Un silbido terrenal, brutal, del árbitro japonés Yuichi Nishimura tiró por la borda el esfuerzo de un equipo croata ordenado y orgulloso, que indujo al pánico colectivo brasileño ayer en Sao Paulo.

Cuando el visitante se fue arriba en el marcador con una formación 4-3-3, apareció en la cancha el macabro fantasma del 50. El local volvía a besar su esotérico suelo.

Croacia, inexplicablemente, se volvió mustia y precavida. Cambió a un temerario 4-4-2. Faltaba mucho en el calendario del partido. En el segundo tiempo, Brasil ventiló sus carencias: sin un creativo claro, Neymar hacía el papel de aprendiz de brujo. El penalti mal juzgado por Nishimura (sobre Fred) terminó de una fea forma con la épica balcánica.

El 3-1 (cumplido por Oscar, en el límite del espíritu visitante) fue una mentira del tamaño de la sospecha; inmenso. Kipling diría: fue una espada desnuda.

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