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¿Por qué los adolescentes estadounidenses rehúyen a conducir automóviles?

En 1984, el 47.8% de los jóvenes de 16 años en Estados Unidos podía conducir legalmente. En 2018, solo se registró un 25.6%.

OPINIÓN

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La ampliamente discutida caída en el número de conductores adolescentes en Estados Unidos pareció haber terminado hace unos años. Sin embargo, parece que la menos discutida recuperación también terminó.

Los datos de la Administración Federal de Carreteras, publicados recientemente, muestran que el porcentaje de adolescentes estadounidenses con licencia para conducir se ha estancado más o menos en niveles mucho más bajos que los de hace unas décadas. En 1984, el 47.8 por ciento de los jóvenes de 16 años en Estados Unidos podía conducir legalmente. En 2018, sólo se registró un 25.6 por ciento.

La explicación más simple para esta tendencia, y especialmente al hecho de que es más pronunciada entre los jóvenes de 16 años que entre los de 19, es que para un joven de 16 años obtener una licencia y conducir es mucho más difícil que antes.

Desde mediados de la década de 1990, los estados han impuesto una serie de nuevas restricciones sobre cuándo y con quién pueden conducir los menores de 18 años, bajo el supuesto (aparentemente correcto) de que esta medida reduciría los accidentes y las muertes causadas por conducir.

Muchos estados también han reducido drásticamente los fondos destinados a la educación vial. En términos más generales, los jóvenes estadounidenses han ido pasando por los ritos de la edad adulta —terminar la universidad, conseguir trabajo, irse a vivir solos, casarse, tener hijos— a edades cada vez más avanzadas. ¿Por qué debería ser distinto obtener licencia de conducir?

Aun así, hay amplios indicios de que la adquisición de licencias de conducir no solo se está retrasando. La proporción de conductores con licencia de la población ha seguido aumentando a medida que la población envejece. Sin embargo, según el investigador de transporte Michael Sivak, que ha trabajado arduamente para crear conciencia sobre este cambio, los miembros de cada grupo etario menor de 45 años contaban con menos probabilidades de tener un licencia en 2018 que en 1983.

Entre las edades de 25 a 29 años, el 85.7 por ciento tenía licencia en 2018, frente al 95.6 por ciento en 1983. Además, los estadounidenses de entre 30 y 40 años tenían muchas más probabilidades de tener licencias que los de sesenta y tantos años. Ahora es menos probable que tengan licencia.

Los automóviles y la propiedad de automóviles no van a desaparecer. Estados Unidos no se está convirtiendo en un país de pasajeros de Uber y conductores de scooters, al menos no todavía, y aunque la cantidad de usuarios de transporte público es más alta que entre 1960 y 1990, ha disminuido desde 2014. No obstante, los kilómetros per cápita recorridos en Estados Unidos están muy por debajo de los niveles de mediados de la década de 2000, y se han estancado recientemente después de recuperarse levemente entre 2014 y 2017.

En otras palabras, parece que ya pasó el auge del automóvil en Estados Unidos y los adolescentes lo han notado.

*Justin Fox es columnista de Bloomberg Opinion, con cobertura en negocios. Fue director editorial de Harvard Business Review y escribió para Time, Fortune y American Banker. Es autor del libro El mito del mercado racional.

Esta columna no refleja la opinión de Bloomberg ni de El Financiero.

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