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El trasplante que salvaría a los arrecifes de coral

David Vaughan y otros científicos han descubierto una nueva forma para que los corales crezcan 25 veces más rápido de lo que crecen en su ambiente natural, lo que representa una alternativa para la restauración de arrecifes.

SUMMERLAND KEY, Florida.- David Vaughan mete su brazo derecho hasta el codo en uno de nueve tanques elevados donde miles de diminutas colonias de coral están creciendo a un ritmo asombroso en un aislamiento sombreado al lado del Laboratorio de Investigación Tropical Mote.

"Ahora ésta es la parte emocionante. ¿Están listos para esto?", pregunta, esforzándose para ser escuchado sobre el incesante siseo de la sal marina filtrada que sale de un laberinto de ductos y tuberías de plástico hacia el tanque de fibra de vidrio de poca profundidad, del tamaño de una mesa de comedor.

Vaughan, un biólogo marino que es director ejecutivo del laboratorio, recoge una piedra plana del fondo. Una colonia café chocolate de coral cerebro, de unos 20 centímetros de ancho, ha crecido sobre la superficie rocosa, y sus distintivos pliegues carnosos y serpentinos casi cubren la piedra.

Hace un año, la colonia empezó con fragmentos de coral de tres centímetros de ancho cortados con una sierra de banda de la misma colonia matriz. Como si hubieran sido rociadas con el elixir del crecimiento, estas "semillas" de coral empezaron a crecer 25 veces más rápido de lo que lo hacen en su ambiente natural.

Y cuando se acomodan con pocos centímetros de separación sobre la piedra, las mini-colonias avanzaron rápidamente por toda la superficie y se fusionaron para convertirse en un solo organismo del tamaño de una toronja que continúa creciendo.

Otras especies de coral cultivadas a partir de diminutas semillas en el laboratorio Mote se han desarrollado aún más rápidamente, hasta 50 veces su ritmo normal. Vaughan y un biólogo del personal, Christopher Page, dice que esta técnica de crecimiento rápido, llamada microfragmentación, podría hacer posible producir masivamente corales que formen un arrecife para trasplantarlos en arrecifes muertos o moribundos cuyo desarrollo tomó siglos; quizá desacelerando o incluso revirtiendo la alarmante pérdida de los corales en los Cayos de Florida y otras partes.

"Esto es real", dijo Vaughan. "Potencialmente, esto puede corregirse".
Otros científicos también están emocionados. Aunque hay otros esfuerzos en todo el mundo para cultivar coral nuevo, "este es fácilmente el proyecto de restauración más prometedor del que tenga conocimiento", dijo Billy Causey, un experto en coral que supervisa todos los santuarios marinos federales en el sudeste de Estados Unidos, el Golfo de México y el Caribe para la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica.

"Dave y Chris nos están dando tiempo", añadió.

"Esto mantendrá a los corales que existen" hasta que "podamos llegar a comprender qué está sucediendo con el coral a mayor escala".

Sin embargo, incluso el alegre optimismo de Vaughan tiene sus límites.

Una cuarta parte de los corales de la Tierra han desaparecido en las últimas décadas, y los científicos de Mote dicen que nadie puede predecir lo que sucederá si los océanos continúan calentándose, si la contaminación y la acidificación aumentan, la pesca excesiva diezma más a las especies benéficas para el coral, y los vertidos de la tierra continúan reduciendo la cantidad de luz solar benéfica para la vida que llega al fondo.

"No sabemos si esto es una solución total", dijo Page. "En el peor de los casos, estamos ganando un poco de tiempo. En el menor, pudiéramos restaurar el ecosistema".

Vaughan, de 61 años de edad, dio la bienvenida a un visitante en el laboratorio Mote aquí, a unos 40 kilómetros por carretera desde Cayo Hueso. Durante los últimos tres años, él y Page se han enfocado en los corales "masivos", las especies que crean la mayor parte de la estructura en un arrecife vivo.

Estos corales han resultado menos susceptibles que otras especies a los efectos de las crecientes temperaturas del océano, la contaminación y los cambios en la química del agua. Pero, a diferencia de los corales de rama de rápido crecimiento, las especies masivas como los corales cerebro, estrella, peñasco y montículo crecen naturalmente menos de 5 centímetros al año; tan lentamente que se les apoda "rocas vivientes".

Los científicos y acuaculturistas marinos están cultivando exitosamente coral cuerno de alce y otros corales de ramas en viveros frente a la costa para replantar en el ambiente natural. Pero, hasta ahora, el lento ritmo de crecimiento de los corales masivos ha frenado todos los esfuerzos para producir estas especies en cantidades suficientes para la restauración de arrecifes.

Vaughan se topó con la idea de la microfragmentación hace ocho años. Estaba transfiriendo colonias de coral cuerno de alce entre acuarios en su laboratorio. Se estiró hasta el fondo de un tanque para recuperar una colonia que crecía sobre un círculo de concreto de cinco centímetros.

"Parte del coral había crecido sobre el lado posterior y se había pegado al fondo del acuario", dijo.

Cuando él lo tomó, "se rompió y se quedaron dos o tres pólipos. Pensé que acababa de matarlos. Pero coloqué el círculo de concreto encima". Una semana después se asomó a ver los pólipos abandonados – los organismos genéticamente idénticos y en forma de hidra que conforman una colonia de coral – en el fondo del acuario.

"Noté que esos entre uno y tres pólipos eran ahora cinco o seis pólipos", dijo. "No sólo habían vivido; habían crecido y habían duplicado su tamaño". Fue "mi milagro eureka".

Cortó unos pólipos más de la colonia original y los colocó en otros círculos de concreto. "Y crecieron como locos. El coral parece querer repararse rápidamente y crecer de nuevo sobre su terreno perdido antes de que algo más ocupe su territorio". Pero no fue sino hasta que Page fue contratado en 2011 que Vaughan aplicó por primera vez este conocimiento a la producción a gran escala de corales masivos.

Page, de 29 años de edad, había cultivado corales en un acuario en su adolescencia en Buffalo, Nueva York. Sabía que los aficionados y los vendedores de coral vivo rutinariamente dividen colonias en crecimiento en pedazos para vender o intercambiar. "Esto era algo que podía hacerse", dijo. "Yo lo había hecho como aficionado. Era una oportunidad de aplicar lo que yo había hecho a una escala mucho mayor y realmente lograr algo grande".

Tres años después, dijo, pude producir mil microfragmentos de sólo un centímetro cuadrado en cuatro días. Y con más espacio y financiamiento adecuado, añadió, "el cielo es el límite".

En junio, científicos del Mote obtuvieron la aprobación federal para comenzar su proyecto más ambicioso hasta ahora: crear un matorral de coral vivo en el esqueleto de piedra caliza de un arrecife muerto a un kilómetro de Big Pine Key, justo al este de Cayo Hueso.

Han empezado a plantar 4 mil corales cultivados en invernadero – cerebro simétrico, estrella peñasco, gran estrella y estrellita masiva – sobre el sitio de pruebas de una hectárea. Esas especies se unirán a más de mil corales cuerno de alce cultivados en el vivero frente a la costa del Mote por un equipo encabezado por otro científico de planta, Erich Bartels.

El proyecto, entre las más grandes restauraciones de coral jamás intentadas, es el primer esfuerzo a gran escala en los Cayos, y uno de los pocos en el mundo, para restaurar corales masivos en su ambiente natural, dijo Vaughan.

Se financia en parte con una subvención de 35 mil dólares del Museo Field de Historia Natural en Chicago. Para fines de octubre, el equipo del Mote había trasplantado un total de 720 corales de vivero al sitio frente a la costa en tres plantaciones separadas con aproximadamente un mes de separación.

La primera plantación, el 25 de julio, fue un desastre. Los peces loro encontraron a los corales cultivados en vivero particularmente sabrosos. Aunque algunas colonias estaban intactas, la mayoría "fueron masticadas", dijo Page.

Los investigadores ajustaron su técnica. En vez de trasplantar los corales directamente del vivero al sitio de pruebas, los colocaron temporalmente bajo jaulas de alambre cerca de las que serían sus casas permanentes. "Están desarrollándose de manera fantástica", dijo Page. "La depredación disminuyó significativamente después de que se aclimataron a las condiciones del sitio" y luego fueron reubicadas al sitio de prueba; quizá debido a los sutiles cambios en el color de las colonias, los cambios en su química interna u otros factores. La plantación continuará indefinidamente.

Los investigadores quieren identificar los corales que tienen mejores resultados, y determinar el periodo de tiempo ideal necesario para aclimatar cada especie para hacerlas menos atractivas para peces hambrientos. Si tienen éxito, planean usar sus corales cultivados en vivero para restaurar otros sitios de arrecife degradados en todos los Cayos y capacitas a otros para establecer sus propias fábricas de coral. Pero, como señaló Page, el tiempo se acaba. "Esta quizá sea nuestra última y mejor oportunidad", dijo.

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