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Cubanos de Miami se preparan para hacer negocios con miras al fin del embargo

Desarrolladores inmobiliarios, productores de azúcar, fabricantes de aparatos médicos y firmas de telecomunicaciones establecidos en Miami, esperan ansiosos que sean más flexibles las barreras económicas impuestas por Estados Unidos a Cuba.

Los teléfonos comenzaron a sonar en las oficinas de Miami de la firma legal GrayRobinson incluso antes de que el presidente estadounidense Barack Obama finalizara su discurso del miércoles en el que anunció medidas para restablecer relaciones diplomáticas con Cuba y flexibilizar las barreras económicas con la isla.

"La comunidad empresarial local está sedienta de oportunidades a explorar en Cuba", dijo Milton Vescovacci, un socio de la firma en Miami y director de su unidad de negocios con Cuba. "En mi voz se escucha el tipo de energía que me genera este tema. Es la misma energía que observamos en los clientes".

Desarrolladores inmobiliarios, productores de azúcar, fabricantes de aparatos médicos y firmas de telecomunicaciones ven oportunidades en el establecimiento de relaciones más amistosas entre los Estados Unidos y Cuba, que están separados por apenas 145 kilómetros (90 millas).

En Florida, donde viven las dos terceras partes de los 2 millones de cubanos estadounidenses, las medidas de Obama podrían tener el impacto económico más importante, dijo Vescovacci. Algunos empresarios de la comunidad de exiliados en Miami, sede de la mayor oposición al gobierno comunista cubano, ven en la isla una apertura para la expansión de sus operaciones.

"El embargo no ha funcionado", dijo Pedro Greer, un médico de Miami de 58 años que abandonó Cuba con sus padres en 1960. "Han pasado 55 años, ¿y qué ha pasado? El régimen se ha fortalecido y el embargo no ha cambiado nada".

Greer, que viajó a La Habana hace dos años por motivos personales, dijo que flexibilizar las restricciones a los viajes entre los Estados Unidos y Cuba impulsará el turismo en ambos países.

CANJE DE PRISIONEROS

Horacio Yaikime Reyes-Lovio, un inmigrante cubano que el mes pasado abrió el restaurante La Fontana Miami en Miami Beach, dijo que reinaba un ambiente optimista a la hora del almuerzo, mientras los clientes veían el discurso del presidente.

A cambio del canje de prisioneros, Obama anunció las medidas que pensaba tomar, que comprenden la flexibilización de las restricciones de viajes, la autorización de más comercio y de uso de tarjetas de crédito estadounidenses en Cuba, así como la apertura de una embajada en La Habana.

"Es lo mejor", dijo Reyes-Lovio, que durante dos décadas operó un restaurante privado del mismo nombre en La Habana antes de trasladarse a Miami, donde tuvo menos limitaciones para establecer una pequeña empresa. Obama nombró a Miami como ejemplo de cómo la mejora de relaciones con Cuba podía impulsar la economía de la isla.

"Muchos miles de cubanos han venido a Miami –en aviones y embarcaciones improvisadas-, algunos con poco más que la camisa y esperanzas en el corazón", dijo Obama en Washington.

En sur de Florida, los empresarios se preparan para el fin del embargo, dijo Vescovacci. Su firma legal dirigió el mes pasado un seminario en Orlando para empresarios interesados en Cuba y planea realizar otro en 2015. "Tal vez el año próximo lo hagamos en La Habana", dijo.

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