RUSIA. Para los combatientes separatistas, el viaje desde el este de Ucrania inmerso en la guerra hasta el otro lado de la frontera rusa es una oportunidad de disfrutar de los placeres simples de la vida.
"Vinimos para hacer una pausa", dijo Arslan, oriundo de la región rusa del norte del Cáucaso, que se negó a revelar su apellido. "En el frente, el castigo por tomar una cerveza es la muerte".
Arslan, que dijo que proporciona inteligencia militar a los rebeldes, descansaba en un centro frente al río que cuenta con piscina y ha alojado a equipos de televisión de los medios estatales rusos. Entre los artículos que eligió para su descanso de varios días se contaban un teléfono inteligente y una laptop.
Arslan se encontraba en Donetsk, Rusia, a 220 kilómetros de la ciudad ucraniana del mismo nombre, donde tropas gubernamentales se han enfrentado con miles de insurgentes.
Permitir a los combatientes rebeldes atravesar la frontera para descansar es necesario para mantener el ánimo de las fuerzas de voluntarios y evitar deserciones, según Vladimir Pribylovsky, que dirige el grupo de análisis Panorama.
"Todo el que quiera luchar junto con los rebeldes está autorizado a cruzar la frontera", dijo por teléfono desde Moscú. "El Kremlin les ofrece un lugar" donde reponerse.
Rusia niega que participe en la rebelión, que comenzó tras su anexión de Crimea en marzo.
CÁLIDA BIENVENIDA
La ciudad de 49 mil habitantes de la región de Rostov donde descansó Arslan ha tenido gran actividad en los últimos tiempos, dado que militantes heridos se recuperan en hospitales locales, hay un creciente flujo de refugiados y llegan centenares de camiones de asistencia humanitaria desde Moscú.
Todo ello concitó la atención de los medios globales conforme el destino de los suministros aumentaba la tensión con Ucrania en un conflicto que ya ha dejado un saldo de más de dos mil 500 muertos. Putin asegura que despachará un segundo envío de asistencia a Ucrania, que afirma que éste ha destacado tropas para apoyar a los rebeldes.
Mientras tanto, la Donetsk rusa es un refugio para los insurgentes y para todo el que busque escapar a la matanza.
Rebeldes desarmados llegan en grupos, aún camuflados, y a menudo se desplazan en autos sin patente. En lo que constituye un indicio de que las autoridades locales les dan la bienvenida, sus vehículos pasan sin problemas los puestos de control de la policía de tránsito.