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La Fed alista un 'aterrizaje suave' para evitar una posible recesión

La labor de la mancuerna Yellen-Powell en la Fed de EU evitaría una recesión.

El presidente de la Reserva Federal estadounidense, Jerome Powell, acaba de cumplir su primer año en el cargo, marcando el quinto año de lo que podría llamarse la Fed de Yellen-Powell. Junto a su predecesora Janet Yellen, Powell ha presidido el ciclo de alzas de tasas más lento en la historia de Estados Unidos. Su paciencia podría obsequiarle los objetivos más difíciles de alcanzar entre los banqueros centrales: hacer que una economía acelerada tenga un "aterrizaje suave", aplacar la inflación incipiente y evitar una recesión.

Al heredar una Reserva Federal que aún tenía tasas de interés cercanas a cero, Yellen comenzó a subirlas cuando los datos económicos se iban fortaleciendo, luego se detenía y prometía moderación ante la primera señal de problemas. Powell siguió su ejemplo y al parecer les funcionó. La inflación está cerca del objetivo del 2 por ciento de la Reserva Federal y 13 millones de estadounidenses se han incorporado al mercado laboral desde que Yellen asumió el cargo en febrero de 2014.

El banco central ha llevado las tasas de interés al rango de 2.25 y 2.5 por ciento y logró reducir el enorme balance de bonos que acumuló luego que pasó la crisis financiera sin que los mercados cayeran en picada.

Sin embargo, la estrategia ha recibido ataques por los dos frentes. A Yellen se le advirtió en repetidas ocasiones que elevar las tasas de interés tan lentamente podía provocar aumentos descontrolados de los precios al consumidor. Y a lo largo de 2018, el presidente Donald Trump criticó a Powell por ser demasiado agresivo al subirlas. Muchos en Wall Street se quejaron también.

La Fed cambió de tono en enero, sugiriendo una pausa en las alzas de tasas y la disposición a reconsiderar el plan de disminuir las tenencias de activos gradualmente cesando la reinversión según fueran venciendo. La medida respondía en parte a un crecimiento global más lento, similar a la pausa que hizo la Fed de Yellen durante un año cuando el crecimiento trastabilló en 2016. La queja del día también cambió. Los comentaristas de la política monetaria ahora están escandalizados de que Powell haya capitulado y cedido a la presión.

Laird Landmann, codirector de renta fija en TCW Group, una firma de gestión de activos de Los Ángeles, comparó a la Reserva Federal con un "inversionista promedio" que reacciona exageradamente a los datos económicos decepcionantes en lugar de apegarse al plan. "Tememos que la Reserva Federal haya cedido demasiado al mercado y sus berrinches", escribió en el mismo sentido Win Thin, director global de estrategia cambiaria en Brown Brothers Harriman & Co. en una nota a clientes.

A la Fed no parece importarle. "Espero que tomemos medidas que ayuden a extender esta expansión", señaló el presidente de la Fed de Dallas, Robert Kaplan, el 1 de febrero en Austin. Declaró que la Fed está enfocada en establecer políticas que conduzcan al pleno empleo y una inflación estable, "incluso si generan controversia".

Julio coronará esta expansión económica como la más larga en la historia de Estados Unidos. Si el crecimiento continúa lento pero positivo, los empleos siguen creándose y la inflación se mantiene contenida, este podría ser el tipo de ciclo con el que sueñan los formuladores de políticas públicas.

"Hay un camino hacia un aterrizaje suave, pero es muy estrecho", menciona Seth Carpenter, economista en jefe para Estados Unidos de UBS Securities y exfuncionario de asuntos monetarios de la Reserva Federal. "El reciente cambio en el tono aumenta las posibilidades, porque es mucho mejor subir muy poco, y luego subir más después".

La Fed logrará una hazaña si estabiliza el crecimiento sin problemas. El banco central solo ha logrado el aterrizaje una vez en sus 105 años de historia, en 1994 y 1995, con Alan Greenspan.

Esta es la razón por la cual será difícil repetirlo: la Fed elevó las tasas de interés cuatro veces en 2018 y la economía aún no ha sentido completamente los efectos de esas alzas, que todavía podrían frenar la actividad mientras se disipa el estímulo fiscal de los recortes de impuestos de Trump.

Sumemos el inestable crecimiento en China y Europa y las tensiones comerciales actuales, y la perspectiva se complica. Aquí podría diferenciarse el legado de Powell del de Yellen. La principal misión de Yellen era sentar las bases para la normalización. Powell tiene que crear un plan de juego para manejar la próxima recesión. Las tasas no son tan altas como antes de la crisis, por lo que el instrumento de política económica más importante del banco central, recortarlas, tendrá menos potencia para estimular la economía.

Los funcionarios de la Fed son conscientes de esto. Powell ya le ha dicho a los mercados que él y sus colegas harán lo que sea necesario en un momento de desaceleración económica, esto es, recortarán las tasas, prometerán mantenerlas bajas y recurrirán de nuevo a la compra masiva de bonos.

"Podríamos estar en una situación en el futuro, esperamos que no, pero podríamos estar en una situación en la que nos gustaría recortar las tasas más de lo que podemos", reconoció Powell en conferencia de prensa del 30 de enero. "Si eso sucede, usaremos todas nuestras herramientas".

La esperanza es que la cautela monetaria ahora ayude a mantener a raya la necesidad de una intervención que sea a corto plazo.

"Creo que van por ese camino", asegura Laura Rosner, quien es socia de Macropolicy Perspectives LLC y exanalista de la Reserva Federal de Nueva York. "Pero eso no significa que no tengamos volatilidad".

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